Engavetado en el olvido social, el COVID-19 sigue avanzando en Centroamérica y aunque ya no es pandemia ni deja la estela de muerte de hace 3 años, los índices de contagios crecen y causan alarma en algunos países como Honduras y Guatemala.
En El Salvador, el Ministro de Salud, reportó este domingo que durante los primeros 15 días de julio no se reportaron decesos a consecuencia de la enfermedad. Sin embargo, la dinámica de la difusión de las cifras oficiales de la enfermedad se estancó desde octubre del año pasado, cuando el sitio oficial covid19.gob.sv dejó de actualizar los números relativos a la enfermedad.
En junio solo fueron reportados 28 contagios.
La última muerte por el coronavirus registrada en este país fue en junio, aunque la vacunación continúa y en junio aplicaron más de 8,000 dosis.
Pero en los vecinos Guatemala y Honduras los reportes de contagios por día aumentan.
El Ministerio de Salud guatemalteco reportó más de 492 contagios de 4,626 pruebas realizadas (10.63%) y Honduras tiene un índice de casos positivos del 15%, después de tener registros de 1%. Debido a esto, la Secretaría de Salud ha recordado el uso obligatorio de mascarilla en muchos sitios.
En Nicaragua, la dictadura mantiene una nebulosa completa sobre la enfermedad con cifras increíbles.
Costa Rica también reporta un aumento en las hospitalizaciones (5), por lo que las autoridades sanitarias reiteraron el llamado a la prevención.
Panamá tiene un índice de casos positivos de 7.8% y en la última semana hubo 3 decesos y 663 nuevos casos.
Excepto en Honduras, en el resto de la región las medidas preventivas son a discreción del ciudadano.