Un grupo de opositores nicaragüenses reunidos en Miami, Florida, Estados Unidos, propuso avanzar en la conformación de una asamblea de gobierno transitorio como paso estratégico hacia una eventual transición democrática en Nicaragua, actualmente bajo el control del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La reunión coincidió con la conmemoración del 30 de mayo de 2018, fecha en la que fuerzas estatales ejecutaron una masacre contra manifestantes en Managua durante el Día de las Madres, dejando al menos 19 muertos.
El encuentro tuvo lugar en medio de llamados a reforzar la unidad del exilio político y crear una instancia representativa con legitimidad internacional.
“Lo fundamental es trabajar porque vamos a regresar a Nicaragua. Y al regresar, alguien va a dirigir esto. Tendrá que formarse una agrupación aceptada por todos, para que de ahí nazca una elección totalmente libre”, expresó el sacerdote Benito Martínez Gamboa, quien dirigió un mensaje político y moral a distintos sectores de la sociedad nicaragüense.
Unas 25 personas participaron en la reunión, representando, según los organizadores, a más de 40 organizaciones, entre ellas la Gran Confederación Opositora Nicaragüense, el Movimiento Campesino, la Plataforma de la Unidad por la Democracia y el Movimiento Eddy Montes Praslín, compuesto en su mayoría por exiliados del norte del país.

Entre los participantes destacaron el líder campesino Medardo Mairena, el exbeisbolista y figura pública Dennis Martínez, y el analista político José Dávila. La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, participó virtualmente y aportó observaciones sobre los desafíos políticos de la región.
El grupo acordó impulsar una plataforma política común con vocación de transición, que pueda ser reconocida por la comunidad internacional. También se discutieron acciones orientadas a bloquear el financiamiento externo del régimen, promover sanciones efectivas y exigir el desconocimiento del Gobierno de Ortega ante organismos multilaterales.
Durante su intervención, el padre Benito Martínez dirigió mensajes directos a jueces, policías, militares y jóvenes, exhortándolos a abandonar la represión y recuperar su dignidad.
“No trabajen para heredar a sus hijos esta gran prisión en la que la dictadura ha convertido a nuestra Nicaragua”, dijo. A los jueces les instó a “renunciar con honra si no pueden impartir justicia con valor”.
La convocatoria insistió en que el exilio nicaragüense debe dejar atrás la fragmentación política y pasar a una etapa de articulación, organización y representación legítima. “Esta lucha es por ustedes, para que tengan una patria de todos y para todos”, dijo el sacerdote a la juventud nicaragüense.
Desde que estalló la crisis política en 2018, más de 300 personas han sido asesinadas, miles han sido encarceladas o forzadas al exilio, y más de 300 ciudadanos han perdido su nacionalidad en represalias por su activismo, según organismos internacionales de derechos humanos.
La dictadura de Ortega y Murillo ha consolidado el control absoluto del poder en Nicaragua, disolviendo partidos, cerrando medios de comunicación y criminalizando la disidencia. En este contexto, los sectores del exilio buscan articular una propuesta política que abra paso a una transición con respaldo nacional e internacional.