Es hora de arreglar la casa y poner orden. Conocer la historia es importante; como también lo es saber la presente, la que vamos construyendo, sin máscaras ni manipulaciones ni germinación de heroicas estafas que al final de los dias solo volverán a repetirnos el pasado de miedo, perversión y mentira en el que hemos vivido.
De una buena vez y por todas hay que decirle al pueblo de Nicaragua que si bien es cierto que desde antes de la protesta de 2018 la situación política ya andaba mal, desde el punto de vista de las primeras perforaciones a la institucionalidad de la nación por parte del régimen Sandinista en su segundo periodo, también hubo otras fallas en el sistema político como la hinchada Sociedad Civil que se veía perfilar, el fracaso de la clase política oxidada y maniatada al Sandinismo en el Poder, y un empresariado voraz también hambreado de caerle al Estado Botín. Al día de hoy esta situación ha empeorado, sobre todo por la ausencia de una estructura política partidaria que hegemonize una auténtica oposición al Sandinismo Gobernante.
Mientras esto ha ocurrido en Nicaragua, a nivel internacional ha habido otra dinámica política, en el marco de la azarosa geopolítica global. Por ejemplo la diplomacia política cívica emprendida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump en lo que va de sus dos períodos presidenciales, ha demostrado que si es posible contener las guerras y empoderar los espacios cívicos mediante el diálogo y la negociación entre sectores en disputa, vemos a dicho mandatario Republicano conversando en el pasado con el tirano de Corea del Norte, Kim Jong-un, y ahora, intermediando en la invasión rusa a Ucrania y en el conflicto de Medio Oriente, entre Israel y Hamas.
En Nicaragua, lo único que vemos es la perdurabilidad de la Dictadura sin precedentes en nuestra historia, ya con atisbos dinásticos, con arrebatos y hechos impunes, sin una oposición política que la hubiese contenido en el contrapeso político opositor, de haber existido.
En ambos casos el Diálogo Político impulsado por el Jefe de Estado norteamericano, viene avanzando con pie firme. Se está trabajando en un encuentro directo entre Vladimir Putin y Volodimir Zelenski. Recientemente un ciudadano Norteaméricano-Israelíta fue liberado por la organización terrorista Hamas, producto de una NEGOCIACIÓN entre Estados Unidos y ellos. Hay más aún: la liberación de 5 venezolanos rescatados de las garras del sistema de seguridad, representa otra victoria más en su gestión. Vale decir que en el caso del rehén de Hamas, !esa fue la única forma de lograr su liberación!, consagrándose todo esto como un gran triunfo para el Presidente Trump y su administración republicana!
Mientras que en Nicaragua la orfandad política proveniente de la llamada (y fracasada) Sociedad Civil “Opositora” sigue revolcándose en sus propias dilucidaciones, atrofiándose cada vez más, sin llegar a ningún lado, a no ser a la fanfarria del derroche turístico, la buena vida —hasta con estudios y casa pagada para algunos beneficiarios que sin ningún rubor lo cuentan en sus disertaciones en redes, pareciendo que fue para eso la sangre derramada del 2018, infortunada y en gran parte a causa de mucha irresponsabilidad de parte de quienes quisieron tomar las riendas en las calles durante la protesta—, y, como es de esperar, atacando desesperadamente pero a escondidas a quienes en realidad propugnan por una salida cívica que nos lleve a un Diálogo Político con el Gobierno de Managua, sin alcanzar ellos ningún logro tangible al dia de hoy.
Proponer un Diálogo con Daniel Ortega no significa ser sandinista, menos orteguista. Y con él sin pelos en la lengua contando, eso sí, con el apoyo de la Comunidad Internacional pues ella desde el inicio de la crisis, siempre ha optado por un entendimiento entre Gobierno y Oposición. Estados Unidos, La Unión Europea, la OEA, Naciones Unidas y El Vaticano así lo han patentado.
Y aquí está el enredo, pues esa falsa y funcional oposición al régimen (las pruebas palpables existen compartidas en gran parte con el Gran Capital y algunos operadores y cabildeadores), se ha autonombrado oposición sin serlo, y peor aún, sin contar con ningún beneplácito ciudadano ni de nadie al día de hoy, como tampoco de ningún gobierno u otra instancia política y beligerante de la Comunidad Internacional.
Pero esa “Oposición” también arrastra vicios infames típicos de quienes ellos supuestamente adversan, como lo son los golpes bajos, la manipulación y la descalificación, manejan troles en redes sociales y cuentan con su propio aparataje mediático de la pityprensa, la que recibe órdenes para imponer agenda y temáticas para que el pueblo se las crea. Por ejemplo, vender la idea de que la “única” oposición existente es la del 2018, y que bajo ella es que deberán salir aquellos que participen en elecciones. También venden escenarios irrisorios. Por último, están otros, de valientes espejismos, capaces de crear tranques, !pero fuera de Nicaragua!
Esta realidad obliga a un cambio en la lucha, con actores políticos que permita generar empuje y contagio popular. Todos estamos débiles, la dictadura también. Y solo las esperanzas, armadas de propuestas reales, políticas partidarias, serán una realidad desde la implantación de ese anhelado Diálogo, que no nos permitirán caer. En realidad, mientras Trump con éxito negocia, aquí la “oposición” se atrofia.