El régimen chino ha castigado al magnate hongkonés Li Ka-shing, uno de los empresarios más influyentes de Asia, tras la venta de dos puertos estratégicos en el Canal de Panamá al gigante estadounidense de inversiones BlackRock, en una operación valorada en $22,800 millones, que ha desatado la furia de Beijing.
Según reportes de la agencia Bloomberg, las autoridades chinas ordenaron a empresas estatales no concretar acuerdos con el conglomerado CK Hutchison, propiedad de Li, en represalia por la transacción. Esta represalia económica amenaza con bloquear futuros proyectos del grupo, que mantiene inversiones globales en sectores como telecomunicaciones, infraestructura y energía.
El acuerdo se concretó poco después de que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, declarara su intención de “recuperar los puertos” del Canal debido a la creciente influencia china en la región.
Trump había denunciado que las embarcaciones estadounidenses eran tratadas de manera injusta y presionó públicamente por una mayor presencia de empresas estadounidenses en puntos estratégicos como Panamá. Además, el Secretario de Estado, Marco Rubio advirtió que la empresa china participaría en un bloqueo a Estados Unidos en caso de un conflicto con China.
Aunque CK Hutchison negó que la venta tuviera motivaciones políticas, medios estatales chinos calificaron la transacción como una “traición” a los intereses nacionales. El periódico Ta Kung Pao, cercano al Partido Comunista Chino, tildó la venta como “un acto arrodillado con fines de lucro que traiciona a los chinos”, advirtiendo que BlackRock podría ahora imponer tarifas discriminatorias a barcos chinos en tránsito por el canal.
CK Hutchison Holdings Ltd. anunció esta semana que seguirá con su plan de vender sus operaciones portuarias en Panamá, a pesar de las crecientes presiones y objeciones por parte del gobierno chino.

Presión para anular el acuerdo
La reacción de Beijing ha sido contundente: CK Hutchison fue incluido en una lista negra económica informal, dificultando que empresas chinas concreten negocios con el conglomerado, incluyendo aquellos relacionados con su participación en la red Vodafone y Three en el Reino Unido. Esto aumenta la presión sobre la empresa para reconsiderar la venta de sus activos portuarios, que incluye 43 terminales en 23 países, entre ellas instalaciones clave en México, el Reino Unido y el Caribe.
A sus 96 años, Li Ka-shing es el hombre más rico de Hong Kong y uno de los principales inversores en el extranjero. Fundador de CK Hutchison, su imperio se expandió desde una modesta fábrica de flores de plástico en 1950 hasta convertirse en un conglomerado con presencia global en sectores como puertos, telecomunicaciones, servicios públicos, bienes raíces y comercio minorista.
Actualmente, la familia Li controla alrededor del 30 % de las acciones del conglomerado, registrado en las Islas Caimán.
El Canal de Panamá vuelve a convertirse en un foco de tensión geopolítica entre China y Estados Unidos. La presión pública de Trump, sumada a la adquisición por parte de BlackRock, ha sido interpretada por Beijing como parte de una estrategia para limitar su expansión global. Según expertos, la operación responde a un movimiento táctico de Washington para recortar la influencia comercial y estratégica de China en América Latina.
El director ejecutivo de Hong Kong, John Lee, pidió investigar el acuerdo y condenó las tácticas coercitivas de EE.UU., calificándolas de abuso en el comercio internacional. Sin embargo, hasta ahora, CK Hutchison ha mantenido su posición firme en concretar la venta.