Pese a la narrativa del régimen sandinista sobre una supuesta transformación comercial con China, los datos oficiales del primer trimestre de 2025 reflejan otra realidad: Estados Unidos se mantiene como el principal socio económico de Nicaragua, tanto en exportaciones como en remesas familiares. Estados Unidos está comprando ocho veces más que lo que China le compra a Nicaragua.
Según el Banco Central de Nicaragua, entre enero y marzo de este año, el país importó productos chinos por $450.4 millones, un aumento del 33 % respecto al mismo período de 2024. China se ubicó así como el segundo mayor proveedor de bienes, solo $14 millones por debajo de Estados Unidos, cuyas exportaciones hacia Nicaragua sumaron $464.5 millones, pese a una caída del 12.6 % interanual.
Este aumento en las importaciones asiáticas ocurre en el marco del segundo año de vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, lo cual ha facilitado la entrada de productos de bajo costo, generando una presión significativa sobre los comercios locales y desplazando a los pequeños negocios tradicionales.
La proliferación de tiendas minoristas chinas a lo largo del país ha generado, además, una fuerte presión sobre el comercio local, desplazando pequeños comercios tradicionales.
No obstante, el crecimiento del comercio con China se da en una sola dirección. En el mismo trimestre, Nicaragua exportó un total de 1.228,4 millones de dólares, de los cuales 435 millones (35,4 %) fueron destinados a Estados Unidos, un aumento del 16,3 % respecto a los 374 millones registrados en 2024.
En cambio, las exportaciones hacia China apenas alcanzaron los 56,1 millones de dólares, lo que representa menos del 5 % del total vendido al exterior.
Es decir, Estados Unidos compró ocho veces más productos nicaragüenses que China en los primeros tres meses del año, pese a que Managua ha buscado estrechar sus lazos políticos y económicos con Pekín desde que rompió relaciones diplomáticas con Taiwán en 2021.
Persistencia de socios tradicionales
El reporte del Banco Central de Nicaragua también revela que, tras Estados Unidos, los principales destinos de exportación de Nicaragua fueron Centroamérica (231 millones), Canadá (196,1 millones) y la Unión Europea (108 millones).
En contraste, países aliados políticos del régimen sandinista como Cuba y Venezuela adquirieron apenas 100,000 dólares en productos nicaragüenses cada uno, mientras Rusia e Irán no figuran entre los compradores significativos.
Estos datos evidencian que, pese al acercamiento ideológico con regímenes autoritarios, la economía nicaragüense sigue profundamente ligada a sus tradicionales socios occidentales y regionales.
Riesgos comerciales y presiones geopolíticas
El desequilibrio entre importaciones chinas y exportaciones hacia ese país ha generado preocupación entre economistas locales, que alertan sobre una creciente dependencia de bienes foráneos sin contrapartida productiva.
Además, el panorama comercial se ve ensombrecido por factores externos. Este mayo, el Congreso de Estados Unidos autorizó un impuesto del 3.5 por ciento al envío de remesas a Latinoamérica, afectando a Nicaragua, que recibe más fondos de las remesas que de las exportaciones.
También, en abril el presidente estadounidense Donald Trump anunció un arancel del 10 % a las importaciones globales, con una tarifa del 18 % específicamente aplicada a Nicaragua.
Aunque la medida está en revisión durante 90 días —hasta julio—, su implementación podría encarecer el comercio bilateral, afectando gravemente a las exportaciones nicaragüenses, especialmente de sectores como el textil, el café y los productos agroindustriales.
En paralelo, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) mantiene abierta desde diciembre de 2024 una investigación bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, que evalúa posibles violaciones a los derechos humanos y laborales en Nicaragua, así como el deterioro del Estado de derecho bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
De confirmarse los hallazgos, Washington podría imponer sanciones adicionales, suspender beneficios comerciales o incluso excluir a Nicaragua del CAFTA-DR, el tratado de libre comercio entre EE. UU., Centroamérica y República Dominicana que ha sido piedra angular del modelo exportador nicaragüense.
Estados Unidos, motor de remesas
El flujo de remesas se ha convertido en un pilar económico. En 2024, Nicaragua recibió $5,243.1 millones en remesas familiares, equivalentes al 29.4 % del PIB. Esta cifra representa un crecimiento del 12.5 % frente a los $4,660.1 millones de 2023.
En contraste, las exportaciones totales del país (incluyendo mercancías y bienes de zona franca) sumaron 7.717,2 millones de dólares en 2024, con un incremento del 2,3 % respecto al año anterior. De este total, las exportaciones de mercancías (excluyendo zona franca) fueron de 4.192 millones de dólares, lo que representó un aumento del 3,9 % en comparación con 2023.
Estas cifras indican que las remesas constituyeron aproximadamente el 68% del valor de las exportaciones de mercancías y alrededor del 68% del total de exportaciones del país.
Este fenómeno resalta la creciente importancia de Estados Unidos como principal generador de las remesas como fuente de ingresos para Nicaragua, superando incluso a sectores tradicionales de exportación.