El Salvador recuerda este lunes el terremoto del 13 de febrero de 2001, una violenta sacudida de 6.6 grados que dejó 315 muertos y millonarios daños en la región paracentral del país, exactamente un mes después de otro potente sismo que también dejó centenares de víctimas.
A las 8:22 de la mañana de aquel día, cuando los salvadoreños recordaban lo ocurrido hacía apenas 30 días antes, el temblor de 20 minutos de duración desató el pánico.
El epicentro fue en San Pedro Nonualco, La Paz. Varios pobres poblados de los alrededores fueron destrozados.
Los departamentos más afectados fueron Cuscatlán y San Vicente, junto a La Paz. El Gran San Salvador, el área urbana que se funde con la capital, prácticamente no sufrió daños pero tenía aún sangrantes las heridas dejadas por el terremoto del 13 de enero del mismo año y que dejó unos 1,000 muertos.
El de febrero dejó además 3,400 heridos, un cuarto de millón de damnificados, 57,000 viviendas dañadas y 82 edificios públicos afectados.
El impacto económico de los dos terremotos de 2001 se calculó en $1,600 millones.