El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá informó este jueves sobre el rescate de 74 migrantes y la captura de 4 presuntos “coyotes” que los transportaban en 2 embarcaciones clandestinas.
Los hechos ocurrieron en aguas del Caribe panameño, cerca de la frontera con Colombia, una zona que se ha convertido en un corredor para el tráfico de personas en su tránsito hacia América del Norte.
Las 2 embarcaciones, procedentes de Colombia y con destino a la comunidad de Carreto en la comarca Guna Yala, fueron interceptadas por agentes del Senafront luego de que los tripulantes intentaran evadir una orden de alto.
Los cuatro sospechosos, todos de nacionalidad colombiana, fueron arrestados y los 74 migrantes, entre ellos hombres, mujeres y niños de diversas nacionalidades, fueron puestos bajo protección. Según el comunicado oficial, una de las embarcaciones transportaba a 36 personas, mientras que la otra llevaba a 38.
En Panamá fueron detenidos cuatro presuntos “coyotes” colombianos que transportaban a 74 migrantes en dos embarcaciones clandestinas en aguas del Caribe panameño cerca de la frontera con Colombia. Más detalles: https://t.co/h3vY76X99g pic.twitter.com/rfKyhzEALw
— El Noticiero Televen (@El_Noticiero) September 27, 2024
Además de las embarcaciones, las autoridades confiscaron un teléfono celular y una radio satelital, herramientas clave utilizadas por las redes de tráfico humano para coordinar las travesías clandestinas. La operación subraya el creciente control que Panamá está ejerciendo sobre sus fronteras marítimas y terrestres en un esfuerzo por contener el flujo de migrantes que atraviesan el país.
Crisis migratoria en la región y nuevas medidas bajo la administración Mulino
El anuncio de este rescate se produce en un contexto de fuertes desafíos migratorios para Panamá, que ha registrado la entrada de 257.974 personas de manera irregular en lo que va del año. Si bien la cifra representa una disminución del 34 % en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando más de 392.000 migrantes atravesaron la Selva del Darién, la crisis sigue siendo de gran magnitud.
La mayoría de los migrantes provienen de Venezuela, seguidos por ciudadanos de Nepal, Colombia y Angola, entre otros. Este fenómeno ha incrementado la presión sobre las autoridades panameñas, que bajo el liderazgo del presidente José Raúl Mulino han implementado nuevas políticas migratorias para hacer frente a la situación. Entre las medidas destacan el refuerzo de las operaciones de interdicción en las rutas marítimas y terrestres, así como la cooperación con Colombia y otros países de la región para frenar el tráfico humano.
El gobierno de Mulino también ha impulsado iniciativas para mejorar la atención a los migrantes, con la apertura de centros de recepción y asistencia a lo largo del Darién, y la asignación de recursos para fortalecer la vigilancia en puntos clave como Guna Yala y la frontera sur con Colombia. Además, ha insistido en la necesidad de una respuesta regional coordinada, subrayando que Panamá no puede enfrentar esta crisis migratoria de manera aislada.
El Darién, una ruta peligrosa y lucrativa
La Selva del Darién, una vasta extensión de jungla que separa a Panamá de Colombia, ha sido utilizada durante décadas por redes de traficantes para trasladar migrantes en su ruta hacia el norte.
Esta peligrosa travesía, que ha cobrado incontables vidas, es a menudo el único camino disponible para aquellos que huyen de la pobreza, la violencia y la inestabilidad política en sus países de origen.
Con las nuevas medidas, el gobierno de Mulino busca no solo desarticular las redes de tráfico humano, sino también reducir el número de personas que se ven forzadas a cruzar por el Darién. Sin embargo, las cifras actuales demuestran que, a pesar de los esfuerzos, miles de migrantes continúan arriesgando sus vidas en esta travesía.