El Salvador conmemora 30 años del accidente del vuelo 901 de Aviateca, la peor tragedia aérea en su historia

Este 9 de agosto se cumplen 30 años del accidente del vuelo 901 de Aviateca, en el que 65 personas murieron al estrellarse un Boeing 737 contra el volcán de San Vicente. Es la peor tragedia aérea en Centroamérica desde entonces.

Rescatistas recuperan los cadáveres de varias de las víctimas de la tragedia aérea ocurrida el 9 de agosto de 1995 en el volcán Chichontepec, de San Vicente, El Salvador (imagen tomada de La Prensa Gráfica).

El 9 de agosto de 1995, El Salvador vivió la peor catástrofe aérea de su historia. El vuelo 901 de Aviateca, un Boeing 737-200 con matrícula guatemalteca, se estrelló contra el volcán Chinchontepec, en San Vicente, dejando 65 víctimas mortales entre pasajeros y tripulación.

La aeronave había partido de Miami, Estados Unidos, con escalas en Guatemala y El Salvador, y destino final en Costa Rica. Tras un retraso de 2 horas en Guatemala, el capitán solicitó desviarse de la ruta habitual por fuertes lluvias. Sin embargo, el cambio no fue comunicado correctamente a la torre de control del Aeropuerto Internacional de Comalapa.

Según la investigación oficial, la torre, sin conocer la ubicación exacta del avión, autorizó un descenso a 5,000 pies, cuando el volcán alcanza 7,158 pies de altura. Esta instrucción, sumada a la ausencia de radar aéreo y la escasa visibilidad, provocó que la aeronave impactara de frente contra la ladera a las 7:30 de la noche. No hubo sobrevivientes.

Restos del Boening 737-200 accidentado el miércoles 9 de agosto de 1995 en el volcán de San Vicente, El Salvador. 65 personas murieron (imagen tomada por Heriberto Arteaga).

Víctimas de diferentes nacionalidades

Entre las víctimas se encontraban ciudadanos de México, Guatemala, Noruega, Estados Unidos, Nicaragua, Costa Rica, Dinamarca, Brasil y otras nacionalidades no identificadas. Dos embajadores y dos inspectores retirados de la Administración Federal de Aviación de EE. UU. iban a bordo.

El siniestro dejó escenas desgarradoras: restos de fuselaje esparcidos en un área de 500 metros, cuerpos lanzados por la explosión y pertenencias colgadas en los árboles. Una de las cajas negras nunca fue encontrada.

En 1997, tribunales salvadoreños cerraron el caso sin sanciones penales. En 2003, un juzgado absolvió a los controladores aéreos. Algunas familias recibieron indemnizaciones, otras quedaron sin compensación.

Treinta años después, comunidades de San Vicente mantienen vivo el recuerdo con caminatas conmemorativas hasta el sitio del impacto, recordando la noche en que el cielo se iluminó con una bola de fuego.

Una caminata al lugar de la tragedia

Este sábado, cuando se conmemoran 3 décadas de aquella tragedia, un grupo de entusiastas caminará entre veredas hasta llegar al punto del accidente. La caminata tomará al menos 3 horas y la intención es recordar aquel suceso que estremeció a El Salvador.

En la zona del accidente, que abarcó unos 500 metros, aún están algunos restos de aquel avión. Piezas del fuselaje, del tren de aterrizaje y de la cabina están esparcidos entre los árboles. Son el recuerdo de que ahí, en una noche lluviosa de 1995, ocurrió la peor tragedia aérea no sólo de El Salvador, sino de Centroamérica en las últimas 3 décadas.

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