Costa Rica y Panamá anunciaron este lunes su disposición para colaborar en la atención del flujo migratorio inverso, compuesto por personas que no pudieron ingresar a Estados Unidos debido a las nuevas políticas migratorias implementadas por el gobierno de Donald Trump.
Ambos países hicieron un llamado a las naciones de Sudamérica para facilitar el paso seguro de los migrantes.
El ministro de Seguridad de Costa Rica, Mario Zamora, declaró que se está trabajando de manera conjunta para enfrentar este desafío regional.
La declaración fue realizada tras una reunión con su homólogo panameño, Frank Ábrego, llevada a cabo en el puesto fronterizo de Peñas Blancas, entre Costa Rica y Nicaragua.
Como parte de este esfuerzo, este lunes inició un operativo para recibir a los migrantes que ingresan desde Nicaragua y trasladarlos en autobuses hacia el Centro de Atención Temporal de Migrantes (CATEM) en Corredores, cerca de la frontera con Panamá.
En el marco del #PlanFirmeza liderado por el ministro de Seguridad Pública ,Frank Alexis Ábrego, nos mantenemos en acción en los diferentes puestos de control migratorios (PCM), en esta ocasión se detectó un ciudadano nicaragüense en el PCM de Chepo. pic.twitter.com/yn2ipLMkr8
— Migración Panamá (@migracionpanama) March 3, 2025
Los migrantes recibirán un salvoconducto de 72 horas para continuar su trayecto hacia albergues panameños.
El ministro Zamora subrayó la importancia de un flujo ordenado para evitar la intervención de redes de tráfico de personas y enfatizó la responsabilidad compartida entre los países sudamericanos para garantizar un tránsito seguro.
“Costa Rica y Panamá estamos asumiendo nuestra responsabilidad. Este flujo ordenado aleja a estas personas del manejo de las mafias migratorias”, indicó.
Esta estrategia refleja un procedimiento similar al utilizado en los últimos años, cuando Costa Rica y Panamá facilitaron el paso de migrantes provenientes de Sudamérica en su camino hacia Estados Unidos.
En ese momento, los migrantes llegaban al CATEM en autobuses desde Panamá y luego eran movilizados hacia la frontera con Nicaragua.
Zamora destacó el compromiso humanitario de ambos países y aseguró que Costa Rica y Panamá han constituido el “paso más ordenado y seguro” en la ruta migratoria del continente.
“No somos países generadores de emigración; sin embargo, somos receptores, especialmente de un tránsito que nos conmueve porque significa un drama humano”, afirmó.
En una reunión previa el pasado 12 de febrero en la frontera de Paso Canoas, Zamora y Ábrego acordaron trasladar a los migrantes hacia albergues en las fronteras para luego gestionar su retorno a los países de origen.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, reveló que en febrero más de 2,000 personas en movilidad ingresaron a Panamá desde Costa Rica, evidenciando un aumento en el flujo migratorio inverso mientras disminuye el número de migrantes que intentan llegar al norte.
Históricamente, el mayor flujo migratorio en Panamá se ha dado de sur a norte a través de la peligrosa selva del Darién, alcanzando un récord de más de 520,000 migrantes en 2023.
Sin embargo, en 2024 la cifra se ha reducido a 300,000. Según el Servicio Nacional de Migración de Panamá, la entrada de migrantes por el Darién disminuyó un 94 % en enero pasado en comparación con el mismo mes de 2023, pasando de 34,839 a solo 2,158 personas.