Un juez guatemalteco absolvió a los exdirectores de Informática del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Gustavo Adolfo Castillo González y Beny Obdulio Román Chanquín, quienes habían sido señalados por el Ministerio Público de alterar registros de las elecciones generales de 2019, específicamente en lo relacionado con la transmisión de resultados preliminares.
Los señalamientos contra los extrabajadores del TSE se remontan a 2019, cuando Rafael Curruchiche ocupaba el cargo de jefe de la Fiscalía de Delitos Electorales.
Según la acusación, Castillo y Román habrían cometido actos de incumplimiento de deberes y destrucción de registros informáticos al manipular un software utilizado para transmitir los resultados electorales preliminares, lo que, según el Ministerio Público, habría afectado la transparencia del proceso electoral.
En agosto de 2019, ambos fueron aprehendidos en el marco de la investigación. Sin embargo, la jueza Marjorie Azpuru determinó que no había evidencia suficiente para probar que los exfuncionarios hubieran cometido los delitos que se les imputaban.
En su resolución, Azpuru indicó que los acusados no omitieron ninguna de sus funciones de supervisión y control, ni actuaron de manera indebida en el manejo del sistema de transmisión de resultados, conocido como SITREP.
La jueza explicó que, al detectarse un error en la sumatoria de votos de los resultados preliminares, este fue notificado al magistrado presidente del TSE y se esclareció que el error fue producto de un fallo humano en la programación del sistema, específicamente un algoritmo que causó una incorrecta reacumulación de los votos.
Este error, según la jueza, fue corregido de inmediato y no afectó ni los resultados preliminares ni la democracia, dado que los resultados finales del proceso electoral se basan en los documentos oficiales y no en los resultados preliminares.
Reacciones de los exdirectores de Informática
Tras la sentencia de absolución, los exdirectores de Informática expresaron su satisfacción con la decisión judicial. Gustavo Adolfo Castillo González calificó el caso como un “show político”, asegurando que se trató de un intento por desacreditar al TSE y generar desconfianza en los resultados de las elecciones. “Gracias a Dios, la ley salió triunfante, como debe ser”, declaró el exdirector.
Por su parte, Beny Román Chanquín destacó la transparencia de los procesos electorales de 2019 y lamentó lo “desgastante” que resultó el proceso judicial. “Creemos en la justicia de Guatemala. Se actuó de buena forma y se cumplieron con todas las obligaciones”, afirmó. Román también reiteró que los resultados preliminares de las elecciones nunca tuvieron carácter oficial, y que cualquier error fue corregido de manera inmediata sin afectar la certeza de los resultados finales.
Este fallo judicial cierra un capítulo en una serie de controversias relacionadas con las elecciones de 2019, en las que diversas acusaciones de fraude y manipulación del sistema electoral fueron puestas sobre la mesa, sin que hasta el momento se haya demostrado la existencia de irregularidades graves que pusieran en riesgo la integridad del proceso electoral.