El sorpresivo anuncio de El Salvador de promover una reforma constitucional para oficializar el retiro del país del Parlamento Centroamericano es un duro golpe al organismo regional caracterizado en los últimos años por la enorme influencia del dictador nicaragüense Daniel Ortega, así como la cercanía de la República Popular China y Rusia entre sus directivos.
El diputado Giovanni Zaldaña del partido Nuevas Ideas -el instituto político fundado por el presidente salvadoreño Nayib Bukele- pidió este jueves reformar los artículos 80 y 133 de la Constitución para retirar a El Salvador del Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Se da por descontado que esa reforma será aprobada ya que Nuevas Ideas y sus aliados suman 57 de los 60 votos del legislativo salvadoreño.
La iniciativa de Nuevas Ideas alega que el Parlacen se ha convertido “reducto de políticos” y de “delincuentes declarados buscando escaños en este tipo de identidades”.
Y uno de esos personajes a los que se refiere Nuevas Ideas puede ser Norman Quijano, un excandidato presidencial del derechista partido Arena y exdiputado del Parlacen quien fue procesado y condenado por delitos relacionados a negociaciones con pandillas.
La sorpresa viene porque El Salvador ha sido históricamente uno de los principales países que ha apoyado la integración regional e incluso el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) tiene su sede en la capital salvadoreña.
En 2024, Nuevas Ideas ganó 13 de 20 escaños en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) y actualmente uno de sus diputados, Carlos Hernández, presidente el organismo, cuestionado por la falta de resultados y considerado como el refugio para políticos corruptos que necesitan inmunidad y que buscan evadir a la justicia.
Fuentes de Nuevas Ideas alegan que la permanencia de El Salvador en ese organismo ya no representa un beneficio real, y considera que se ha convertido en un espacio innecesario y costoso para los salvadoreños.
En la última elección en 2024, el nivel de votos nulos y abstenciones en la elección del Parlacen fue muy elevada en El Salvador. La cantidad de votos nulos fue el triple que el mismo escrutinio en la elección municipal que se realizó la misma fecha.

El factor China y Rusia
En los últimos años, la influencia del dictador nicaragüense Daniel Ortega sobre el Parlacen fue en aumento gracias al apoyo de partidos de izquierda como el FMLN de El Salvador o el partido Libre de Honduras. Luego consiguió aliados en Guatemala. Una pieza clave fue el diputado nicaragüense del Parlacen, Daniel Ortega Reyes (sin parentesco con el dictador) quien en la práctica sigue manejando el organismo.
Los dos Daniel Ortega promovieron la llegada de China y Rusia al Parlacen como observadores, primero expulsando a Taiwán en agosto de 2023, algo que Estados Unidos consideró “decepcionante”.
A iniciativa de la bancada del Frente Sandinista, partido de Daniel Ortega en Nicaragua, la Asamblea Plenaria del Parlacen aprobó la incorporación de China como Estado Observador en una sesión realizada en Managua y que contó con el apoyo de legisladores cercanos al gobierno de Xiomara Castro y al FMLN de El Salvador.
China empezó entonces a financiar actividades del Parlacen en todos los países donde tiene presencia, incluyendo Guatemala, a pesar de no tener relaciones diplomáticas con el país comunista.
Entonces los directivos del Parlacen empezaron a repartir medallas y placas conmemorativas y discursos que evocan una hermandad “inquebrantable” y alabanzas hacia Pekín.
El Parlamento Centroamericano, cuyos hilos maneja a su antojo el dictador nicaragüense Daniel Ortega, se ha vuelto un objeto de culto para los embajadores chinos en la región. Y China se ha vuelto un destino de turismo diplomático para los usualmente ociosos diputados del Parlamento Centroamericano.
En septiembre de 2024, los representantes de la dictadura nicaragüense en el Parlacen también impulsaron la incorporación de Rusia como observador al Parlacen. Junto a los representantes nicaragüenses al Parlacen votaron representantes de partidos de izquierda de la región y algunos legisladores guatemaltecos y panameños.
Para Pablo Hurtado de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, (ASIES), con sede en Guatemala, “el Parlacen funciona como un foro de legitimación: su impacto real sobre políticas públicas es escaso, pero su visibilidad permite que gobiernos como el de Ortega lo utilicen como altavoz”.

Panamá, ¿El próximo en salir?
Pero El Salvador podría abrir la puerta para que también Panamá abandone el Parlacen, por una razón similar a la de El Salvador.
Resulta que 9 de los 22 diputados panameños en el Parlacen tienen cuentas pendientes con la justicia. Entre los más destacados se encuentra el expresidente Juan Carlos Varela, diputado del Partido Panameñista, quien enfrenta acusaciones por presunto blanqueo de capitales en el contexto de los sobornos que la constructora Odebrecht pagó en Panamá. Varela también ha sido sancionado por Estados Unidos por haber presuntamente recibido un soborno de $143 millones de la República Popular China para romper relaciones diplomáticas con Taiwán cuando era presidente del país canalero.
Panamá está debatiendo desde el 2023 retirarse del Parlacen y hay varias iniciativas de ley y demandas ante la Corte Suprema de Justicia para abandonar ese organismo.
En agosto de 2023, el abogado panameño Moisés Bartlet Quiel pidió entonces al Tribunal Electoral (TE) hacer un referéndum al respecto e incluir en las elecciones de mayo de 2024 una papeleta adicional que preguntara a los panameños si desean que el país siga formando parte del Parlacen.
Y también otro grupo de ciudadanos, encabezados por el abogado Ernesto Cedeño, solicitaron formalmente a la Cancillería de Panamá salir del organismo y explicar los beneficios que el país ha logrado con su incorporación al mismo.
“Es un ente inoperante, que ha sido el bastión para personas que están eludiendo los rigores de la justicia y hay que salir de él”, dijo Cedeño entonces.
Según Cedeño, la Corte Suprema de Justicia de Panamá estableció en una sentencia del 2 de febrero de 2012, la forma cómo salir del organismo y descartó que el referendo sea el mecanismo para salir.
La abogada Rosemary Barrios, otra de las impulsoras de la salida, sostiene que “La justicia panameña se sienta burlada. Necesitamos que Panamá salga del Parlacen”
“Es mucho más de lo que ha costado que los beneficios. No nos beneficia en nada”, señaló.