La dictadura de Nicaragua intensificó su ola de represión con la detención del empresario Álvaro Baltodano Monroy, hijo del general en retiro Álvaro Baltodano Cantarero, condenado el mes pasado a 20 años de prisión por supuesta “traición a la patria”, según confirmaron este martes fuentes policiales y vecinales.
A Baltodano Monroy, de nacionalidad nicaragüense-mexicana, lo capturaron la noche del lunes 21 de julio en un retén policial ubicado en Ochomogo, entre Nandaime y Rivas, cuando iba en vehículo hacia Managua.
A un acompañante lo liberaron, pero a él lo trasladó la policía bajo servidumbre del régimen a un destino secreto, por lo cual está en condición de desaparecido.
Perseguido por la dictadura
Simultáneamente, su vivienda en el reparto Las Colinas, en la capital, fue allanada con violencia. Vecinos relataron que los agentes rompieron puertas, sustrajeron computadoras y equipos electrónicos, y permanecieron dentro del inmueble tras el operativo.
Baltodano Monroy dirige la firma Integra Group, especializada en adquisiciones y desarrollo de negocios en Centroamérica y México.
Además, laboraba como ejecutivo de una empresa guatemalteca con inversiones en el sector energético nicaragüense.
Ya en 2021, la dictadura le impidió salir del país y lo recluyeron en su residencia tras protestar por la medida en el aeropuerto internacional.
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Padre e hijo víctimas de dictadura
Su padre, el general de brigada en retiro Álvaro Baltodano Cantarero, fue arrestado el 14 de mayo de 2025 en su finca ubicada en Matagalpa, por agentes de la Dirección de Auxilio Judicial.
En un juicio sumario por videoconferencia desde la prisión “La Modelo”, lo condenaron el 9 de junio a 20 años de cárcel y le confiscaron todos sus bienes.
Baltodano Cantarero fue un alto operador político del régimen sandinista: ejerció como ministro asesor presidencial en temas de inversiones entre 2007 y 2022.
Anteriormente fungió como enlace con sectores empresariales cuando Daniel Ortega aún se encontraba en la oposición. Su arresto lo atribuyeron fuentes del oficialismo a “órdenes de arriba, por razones políticas”.
Ni la Policía, ni la Fiscalía ni la Presidencia han emitido comunicados sobre la detención de su hijo.
Represión sistemática
El caso de los Baltodano ocurre en el marco de una redada nacional desatada por la dictadura de Ortega y Murillo durante el mes de julio, coincidiendo con el aniversario del triunfo sandinista de 1979, convertido hoy en acto partidario obligatorio.
Diversas organizaciones de derechos humanos denuncian que el régimen ejecuta arrestos arbitrarios, allanamientos sin orden judicial y confiscaciones, como parte de una estrategia de terror estatal contra cualquier disidencia o sospecha de oposición.
Desde la brutal represión a las protestas cívicas de 2018, que dejó más de 350 muertos, Nicaragua vive bajo un estado policial brutal y despiadado.
El régimene ha clausurado medios de comunicación, ilegalizado partidos políticos, confiscado universidades, cerrado ONG y encarcelado a cientos de opositores, periodistas, clérigos y ciudadanos comunes, en condiciones consideradas inhumanas.
La represión ha alcanzado ahora incluso a antiguos aliados del sandinismo, como el general Baltodano, y a sus familiares, lo que evidencia una deriva autoritaria aún más profunda y personalista del régimen Ortega-Murillo.