La Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice (UCEPO) hizo pública este sábado la imagen oficial y el escudo de armas del Papa León XIV, marcando el inicio simbólico de su pontificado con una fuerte carga de significado teológico y estético. La fotografía, acompañada de su firma autógrafa y la fecha manuscrita del 8 de mayo de 2025, refleja una elección estilística que contrasta con la sobriedad de su predecesor, el Papa Francisco.
En la imagen, tomada en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, León XIV aparece con la muceta roja, la estola bordada, el roquete y la cruz pectoral dorada. Este atuendo retoma elementos tradicionales del ceremonial pontificio y evoca una deliberada recuperación de signos que, sin perder sencillez, subrayan la dignidad del ministerio petrino. A diferencia de Francisco, que en su retrato optó por la sotana blanca sin ornamentos, León XIV adopta una presentación más ceremonial, aunque igualmente sobria.
Uno de los detalles que más ha llamado la atención es la rúbrica del Papa, en la que aparece la tradicional abreviatura “P.P.” (Pontifex Pontificum), usada históricamente por los pontífices y omitida por Francisco. Este gesto, aunque discreto, sugiere una continuidad con ciertas formas litúrgicas e institucionales del pasado, sin implicar un giro radical en la orientación pastoral.

El escudo de armas también ofrece una ventana al alma espiritual del nuevo Papa. Conserva, en su mayor parte, el diseño que usó desde su ordenación episcopal: dividido en dos campos, muestra en la parte superior un lirio blanco sobre fondo azul, símbolo de pureza y obediencia; y en la inferior, un corazón rojo traspasado por una flecha sobre un libro cerrado, inspirado en una cita de San Agustín: “Vulnerasti cor meum verbo tuo” (“Has traspasado mi corazón con tu Palabra”).
El lema elegido —“In Illo uno unum” (“En el único, uno”)— es una expresión tomada de la Exposición del Salmo 127 de San Agustín, que resume el ideal de unidad en la diversidad dentro de la Iglesia. Junto a la tiara papal de tres coronas y las llaves cruzadas de San Pedro, el escudo combina elementos tradicionales con referencias personales y teológicas, en sintonía con la espiritualidad agustiniana que ha marcado la vida del pontífice.

Además, el Vaticano reveló detalles inéditos sobre la cruz pectoral que León XIV portó en su primera aparición pública: se trata de un relicario artesanal, obsequio de la Curia General de la Orden de San Agustín, confeccionado por el orfebre Antonino Cottone. Contiene reliquias de San Agustín, Santa Mónica, Santo Tomás de Villanueva, el beato Anselmo Polanco y el venerable Bartolomeo Menochio, cada uno representando dimensiones clave de la fe vivida: conversión, fidelidad, servicio, martirio y valentía.
Con la presentación oficial de estos símbolos, el Vaticano no solo dio a conocer los primeros signos visibles del nuevo pontificado, sino que también dejó entrever la orientación espiritual del Papa León XIV: una síntesis entre tradición e interioridad, sobriedad y profundidad, que busca resonar con los desafíos contemporáneos sin perder la raíz de una fe histórica.