El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, cumplió este martes su primer año en el poder con un mensaje a la nación enfocado en defender los valores democráticos y consolidar la posición soberana de la isla ante el creciente hostigamiento de China.
Durante su discurso, Lai destacó los avances de su administración en temas como cambio climático, salud pública y estabilidad nacional.
En el plano exterior, Lai reiteró su apuesta por fortalecer relaciones comerciales con democracias afines y vecinos regionales, y remarcó que el desarrollo tecnológico seguirá siendo una ventaja estratégica en el mercado global.
Aunque no se refirió de forma directa a las relaciones con China, respondió a preguntas de la prensa asegurando que Taiwán desea mantener la paz, pero no renunciará a su defensa.
“La República de China y la República Popular China no están subordinadas entre sí”, reafirmó.
Las tensiones con Pekín se han intensificado desde que Lai asumió el cargo, con más de 3,000 incursiones aéreas chinas en 2024, un 80 % más que el año anterior. En paralelo, China ha endurecido su retórica y anunció penas de muerte y juicios en ausencia para los taiwaneses acusados de separatismo.
Frente a este panorama, Lai propuso 17 medidas para contrarrestar la influencia china, incluyendo la reinstauración de tribunales militares, el aumento del presupuesto en Defensa hasta el 3 % del PIB y la realización de simulacros de defensa civil en todo el país.
Analistas aseguran que, sin romper el statu quo, Lai ha adoptado un tono más firme que su antecesora Tsai Ing-wen.
Estados Unidos estima que China podría estar lista para una invasión en 2027, justo antes de las elecciones presidenciales en Taiwán.
“China intentará nuevas estrategias porque sus ejercicios militares ya no causan el mismo efecto”, advirtió William C. Chung, del Instituto de Investigación para la Defensa Nacional y la Seguridad.