La historia de Roberto José Reyes Castro, un migrante nicaragüense de 35 años, se ha viralizado en redes sociales y medios independientes de Estados Unidos tras evadir una violenta operación de arresto por parte de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Desde el pasado 30 de julio, Reyes permanece encerrado junto a su esposa, sus tres hijos menores y su suegra, en su apartamento en la ciudad de Fontana, en el estado de California, mientras permanece sitiado por agentes migratorios.
El caso de Reyes, originario de Managua, ha desatado una ola de indignación por la crudeza con la que actúan las autoridades migratorias en la nueva etapa de endurecimiento impulsada por el gobierno del presidente Donald Trump.
Sus políticas de deportación masiva son señaladas por organizaciones de derechos humanos como “crueles” y “desproporcionadas”.
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Emboscada violenta
Según el testimonio del propio Reyes, la persecución comenzó cuando se dirigía a su trabajo en una panadería. Cuatro camionetas sin identificación oficial lo interceptaron y hombres encapuchados con chalecos que decían “POLICE” descendieron para capturarlo.
Reyes, sin entender quiénes eran, huyó a pie hasta su apartamento y logró entrar segundos antes de que uno de los hombres golpeara violentamente la puerta. “Si mi esposa no me hubiera abierto, me hubieran agarrado. Venían con violencia”, relató a medios estadounidenses.
Desde ese día, la familia ha permanecido encerrada por temor a ser arrestada. Reyes asegura que los supuestos agentes —algunos serían cazarrecompensas actuando en coordinación con ICE— no portaban orden judicial alguna, por lo que la administradora del condominio les impidió el ingreso.
El migrante también reveló que ICE reavivó un antiguo incidente, antes exonerado por un juez, para justificar su redada.

Un operativo irregular y sin orden judicial
Se trató de un malentendido con un vecino armado que terminó con Reyes brevemente detenido, pero posteriormente absuelto gracias a grabaciones de video.
Organizaciones proinmigrantes han denunciado que ICE ha intensificado su estrategia de arrestos sin orden judicial, presentándose como “policías” cuando no lo son, una práctica engañosa documentada incluso en estados con políticas de protección a migrantes como California.
En el caso de Reyes, los agentes ni siquiera explicaron el motivo del operativo, pero retuvieron su vehículo y mostraron, días después, las llaves de su casa como forma de presión.
“Nos tienen sitiados. No podemos salir ni a tirar la basura. Estamos viviendo un encierro forzado, con miedo, sin comida, sin trabajo”, dijo Reyes, quien afirma estar afectado física y emocionalmente, al igual que su familia.
“Mi miedo más grande es que nos separen, que me deporten o se lleven a mis hijos. Nosotros solo queremos trabajar y vivir en paz”, expresó Reyes con la voz quebrada.
Sus hijos, de 9, 11 y 12 años, no han podido ir a clases, y su esposa y suegra están afectadas emocionalmente. La familia sobrevive con la ayuda de grupos solidarios que les entregan alimentos por la parte trasera del edificio.
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Clamor por justicia y protección
Reyes llegó a Estados Unidos hace tres años por Yuma, Arizona, tras cruzar Centroamérica y México. Al entregarse a la Patrulla Fronteriza, fue detenido por seis días y luego liberado mientras avanzaba su proceso migratorio.
Desde entonces ha trabajado como electricista en una panadería y no tiene antecedentes criminales.
El migrante pide apoyo legal y una oportunidad de presentar su caso. “Yo soy inocente. Sólo quiero un abogado. Y si no me dan la oportunidad en este país, pido asilo en otro lugar como Costa Rica o España, donde pueda vivir con mi familia sin miedo”, concluyó.
El caso de Roberto Reyes no solo expone la vulnerabilidad de los migrantes indocumentados en EE.UU., sino también la forma en que las políticas migratorias de Trump han radicalizado la persecución contra quienes buscan una vida mejor.
Su historia se ha convertido en un llamado urgente a revisar los métodos y el enfoque de las operaciones migratorias que, en lugar de proteger, ponen en peligro a familias enteras.