Los panameños son los que menos pagan impuestos en América Latina como proporción del producto interno bruto (PIB), según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La recaudación tributaria es uno de los indicadores fiscales más sensibles al ser un reflejo del dinamismo de la economía y fuente de financiamiento de los gobiernos, por lo cual cuando son bajos se traducen en menores recursos de la gestión pública para proyectos de fortalecimiento de la economía y bienestar de la población.
De acuerdo con las cifras de la CEPAL, que compara con 2023 al tener cifras de cierre de todos los países, Panamá tiene una recaudación tributaria equivalente a un 7.7 % del PIB, la mitad de la tasa registrada en promedio de América Latina y el Caribe, estimada en 17.7 %.
La relación del PIB permite comparar cuánto pesan los ingresos tributarios en la economía, independientemente del monto recogido, ya que varía según el tamaño de la producción de riqueza.
Honduras tiene una recaudación equivalente a un 17.6 %, El Salvador de un 19.7 % y Nicaragua queda con la tasa más alta de la región, en un 19.9 %.
¿En cuánto se traduce?
Al término de 2024, la recaudación tributaria de Panamá superó los $5,786.5 millones, un 8 % ($505 millones) menos en comparación con los $6,291.8 millones de 2023, según el Ministerio de Economía y Finanzas. Aunque la institución no ofrece una explicación en el informe fiscal, el año pasado estuvo marcado por la recuperación del canal y el cierre del yacimiento de cobre, que afectó tanto la dinámica económica como los ingresos al fisco.
Los datos al cierre de 2024 de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) señalan que la recaudación de Guatemala superó los $13,388 millones, una cifra que aumentó en un 8.1 %. En El Salvador, el Ministerio de Hacienda reporta que el fisco recibió $7,369.1 millones, con un crecimiento interanual de un 8.1 % respecto a 2023.
Honduras cerró el año pasado con una recaudación cercana a $3,750 millones, un crecimiento de un 8.7 % respecto a 2023, en Nicaragua superó los $4,000 millones (12.1 %) y en Costa Rica rebasaron los $12,900 millones (2.5 %).