Haití encabeza la lista de los países de Latinoamérica más afectados por el incremento en los impuestos aplicados a las remesas, con un alza del 27 % entre enero y julio de 2025. El impacto se da en un contexto donde migrantes buscan enviar la mayor cantidad de dinero posible a sus países de origen, ante la incertidumbre migratoria en Estados Unidos.
Según la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB), se considera una remesa cualquier transferencia de dinero electrónico desde Estados Unidos a otro país por un monto mayor a 15 dólares.
En este escenario, expertos advierten que los migrantes están priorizando enviar fondos lo antes posible, antes de que las medidas fiscales entren plenamente en vigor.
Además de Haití, países centroamericanos como Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador también experimentaron un aumento en los costos de las transferencias. En estos casos, el alza ronda el 20 %, de acuerdo con datos recopilados por Univisión con información de bancos centrales y del Consejo Monetario Centroamericano.
El miedo a ser deportados
El incremento de las remesas no solo responde al encarecimiento del envío, sino también al miedo a las deportaciones. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ha intensificado los arrestos masivos, lo que ha impulsado a miles de migrantes a transferir sus ahorros fuera del país.
Solo en el primer semestre de 2025, Guatemala recibió un 20 % más de remesas que el año anterior, Honduras un 25 %, y Nicaragua un 22 %, según un reporte de Telemundo.
El nuevo impuesto forma parte de la legislación llamada One Big Beautiful Bill, que tras intensos debates en el Congreso estadounidense fue aprobada con una tasa final del 1 % sobre todas las transferencias de remesas, incluidos ciudadanos estadounidenses que las envíen.
Esto significa que enviar 500 dólares implicará pagar 5 adicionales, además de las comisiones habituales de empresas como Western Union.
El gravamen entrará en vigor el 1 de enero de 2026, lo que mantiene a la región en alerta. Con Haití a la cabeza, Centroamérica y el Caribe se perfilan como las zonas más impactadas por esta medida, en momentos en que las remesas representan un pilar económico para millones de hogares.