El Volcán de Fuego, uno de los más activos de Guatemala, mantiene una actividad moderada, según el boletín vulcanológico emitido hoy por el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH).
Aunque la erupción del lunes 9 de marzo generó evacuaciones en áreas cercanas, el volcán sigue siendo monitoreado de cerca debido a los riesgos persistentes de nuevas erupciones y lahares.
De acuerdo con el informe, el cráter del Volcán de Fuego sigue emitiendo una fumarola débil que alcanza hasta 500 metros sobre el nivel del cráter.
Durante las observaciones nocturnas, se han identificado algunos bloques incandescentes, remanentes de la erupción de principios de semana, y una débil desgasificación. Además, las estaciones sísmicas continúan detectando movimientos de baja frecuencia y corta duración, lo que sugiere que podría haber explosiones débiles, moderadas o incluso fuertes en cualquier momento.
El informe también destaca que la dirección del viento podría provocar la caída de ceniza en comunidades cercanas, como Sangre de Cristo, Morelia, Panimaché I y II, Los Yucales, Santa Sofía y El Porvenir. Además, las lluvias esperadas en la zona podrían generar lahares en las barrancas del volcán, aumentando el peligro en las áreas cercanas.
En respuesta a esta actividad, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) ha emitido recomendaciones para las personas que residen en las cercanías del volcán.
Se insta a la población a tomar precauciones como cubrir los depósitos de agua y usar mascarillas ante la caída de ceniza, además de evitar el paso cerca de las barrancas o intentar cruzarlas durante el descenso de los lahares.
El monitoreo constante y la emisión de alertas preventivas continúan siendo fundamentales para mitigar los riesgos en la región. Las autoridades siguen de cerca la evolución de la actividad volcánica y recomiendan a la población mantenerse informada a través de los canales oficiales.