Violencia escolar en el Distrito Central de Honduras afecta el rendimiento académico de los estudiantes

La presencia de pandillas y la venta de drogas son fenómenos sociales que impactan negativamente entre estudiantes en Tegucigalpa y Comayagüela.

La violencia, venta de drogas y presencia de pandilas en centros escolares del Distrito Central de Honduras ha crecido.

La creciente violencia en los centros educativos del Distrito Central (Tegucigalpa y Comayagüela) está afectando negativamente el rendimiento académico de los estudiantes, según un reciente informe elaborado por la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM). 

El estudio destaca que la inseguridad en los alrededores y dentro de las escuelas está creando un ambiente hostil que impacta directamente en el aprendizaje.

El informe “Desempeño académico”, basado en encuestas a estudiantes de tercero, quinto y octavo grado en al menos 40 centros educativos de la capital, revela que el 38.3 % de las escuelas enfrentan problemas de presencia de delincuentes y pandillas, y un 8.2 % reporta venta de drogas dentro de las instalaciones. 

Estos factores contribuyen a un ambiente escolar cada vez más peligroso para los alumnos y el personal educativo.

David Edilberto Castellanos, subdirector de Currículo y Evaluación de la Dirección Departamental de Francisco Morazán, explicó que la violencia en los centros escolares se refleja en amenazas y agresiones tanto hacia estudiantes como hacia maestros. 

Según el informe, el 12 % de los maestros han recibido amenazas de estudiantes y padres, con un 10 % de estos casos convirtiéndose en agresiones físicas. Además, el 8% de los estudiantes han sido gravemente agredidos por sus compañeros.

La Policía Nacional de Honduras mantiene presencia en algunas escuelas de Tegucigalpa y Comayagüela.

El estudio también indica que un número significativo de estudiantes sufre de diversas formas de acoso, incluyendo burlas en redes sociales, robos y coacción para realizar acciones en contra de su voluntad. 

Esta violencia y acoso crean un ambiente de ansiedad y tensión que afecta la capacidad de los alumnos para concentrarse en sus estudios, lo que se traduce en un bajo rendimiento académico.

“Los alumnos que viven bajo la amenaza de violencia a menudo no se sienten seguros en la escuela, lo que impacta en su capacidad para aprender. Muchos están preocupados por posibles problemas al salir de la escuela, lo que les impide concentrarse en las lecciones,” explicó Castellanos.

Para abordar esta crisis, se están tomando medidas en colaboración con la Policía Nacional. En algunos centros educativos, la Policía realiza actividades de seguridad y charlas preventivas para estudiantes. 

Castellanos señaló que aunque no todos los centros están cubiertos por estas medidas, tanto la Policía como las autoridades educativas están comprometidas en mejorar la seguridad escolar.

El Distrito Central, con un promedio global de 265 puntos en la Escala de Puntuación Estandarizada en matemáticas y español, ocupa el puesto 13 de los 28 municipios de Francisco Morazán, con un nivel de desempeño que necesita mejorar. 

Los expertos de la UPNFM atribuyen el bajo rendimiento académico a factores sociales y económicos, como la pobreza y la falta de alimentación adecuada.

El informe también destaca que el 12.4% de los estudiantes de la capital a veces asisten a la escuela sin haber comido, y el 2.5% casi siempre llega sin haber ingerido alimento, lo que agrava las dificultades que enfrentan en su educación.

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