El Gobierno de Costa Rica presentó el proyecto de un tren eléctrico de pasajeros para el área metropolitana, con una inversión de $800 millones. El financiamiento provendrá del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Fondo Verde del Clima.
El tren, llamado “Tibi”, recorrerá 51 kilómetros con 2 líneas y 30 estaciones, conectando las ciudades de Cartago, San José, Heredia y Alajuela. Se prevé una frecuencia de 10 minutos y una capacidad de 100 mil usuarios diarios.
Actualmente, Costa Rica solo cuenta con un tren de pasajeros que funciona con combustible fósil y opera en una sola línea con capacidad limitada. El nuevo proyecto busca responder al crecimiento del tráfico en la región metropolitana.
Financiamiento internacional confirmado
El BEI aportará un crédito de $250 millones, mientras que el BCIE financiará $550 millones. De este último monto, el Fondo Verde del Clima cofinanciará $178,7 millones y otorgará una donación de $21,3 millones.
🇪🇺🚆 El Tren Eléctrico de Costa Rica refleja lo que Europa ofrece:
✅ Financiamiento responsable (BEI + BCIE + GCF)
✅ Tecnología sostenible
✅ Experiencia en movilidad verde #GlobalGateway #TeamEurope pic.twitter.com/QLH5BjPRLf— Unión Europea en Costa Rica 🇪🇺 (@UEenCostaRica) September 27, 2025
Con el respaldo de estos organismos internacionales, el proyecto cuenta con recursos asegurados para su ejecución.
Impacto ambiental y metas nacionales
El tren eléctrico reducirá la emisión de 6,5 millones de toneladas de dióxido de carbono durante su vida útil. Esta medida apoyará la meta de Costa Rica de convertirse en un país carbono neutral en 2050.
El comisionado europeo de Asociaciones Internacionales, Jozef Sikela, afirmó que el proyecto es un “paso valiente” hacia un sistema de transporte sostenible que atienda retos económicos y ambientales.
Un plan estratégico para la movilidad
El presidente Rodrigo Chaves destacó que el tren eléctrico es un proyecto con “diseño racional, factibilidad y financiamiento completo”. Pero, dijo, no se trata de una propuesta inviable, sino de un plan serio para mejorar la movilidad y reducir la congestión vial en la Gran Área Metropolitana.
Costa Rica avanza hacia una transformación significativa en su sistema de transporte público, apostando por una alternativa limpia y moderna para los próximos años.