El informe Estado de País: Seguridad y Justicia 2025, elaborado por la ASJ, revela que Honduras continúa liderando las tasas de homicidios en Centroamérica, aunque con una reducción significativa en los últimos tres años. En 2024, el país registró 2,514 asesinatos, 1,428 menos que en 2021, lo que representa una disminución del 25 % interanual y una caída de 16.3 puntos en la tasa nacional de homicidios, que pasó de 41.7 en 2021 a 25.4 por cada 100,000 habitantes en 2024.
Según la Secretaría de Seguridad, esta reducción responde a las estrategias estatales para prevenir y controlar el delito, incluyendo la implementación del estado de excepción parcial, vigente en 226 de los 298 municipios del país. No obstante, análisis del observatorio InSight Crime indican que las tasas de homicidios también descendieron en zonas no afectadas por esta medida, cuestionando así su efectividad como herramienta central.
El informe detalla que el 73 % de los homicidios fueron cometidos con arma de fuego, el 16 % con arma blanca y el resto con otros objetos contundentes o causas no especificadas. A nivel geográfico, la violencia no ha sido homogénea. Mientras la mayoría de departamentos registró descensos, otros como Islas de la Bahía, Copán, Yoro, Santa Bárbara y Gracias a Dios experimentaron aumentos considerables. Islas de la Bahía cerró 2024 como el departamento con la tasa de homicidios más alta, seguido de Olancho.
En municipios como Virginia (Lempira), San Francisco de Ojuela (Santa Bárbara) y San Miguelito (Intibucá), las tasas superaron los 100 homicidios por cada 100,000 habitantes, situándolos como focos críticos de violencia. Estas zonas coinciden con regiones donde hay fuerte presencia del narcotráfico y débil control estatal, según Criterio HN.
Impunidad: el talón de Aquiles
Uno de los datos más alarmantes del informe es el nivel de impunidad en los homicidios. En 2024, solo se emitieron 217 sentencias condenatorias por los 2,514 homicidios registrados, lo que equivale a una impunidad del 91 %. Esta cifra supera el ya elevado promedio de la última década (89 %) y evidencia la falta de capacidad del sistema de justicia para investigar y sancionar el crimen violento en el país.
El fenómeno de las masacres o homicidios múltiples continúa siendo una expresión brutal de la criminalidad en Honduras. Entre 2022 y 2024 se contabilizaron 127 eventos de este tipo, con un saldo de al menos 500 víctimas, entre hombres, mujeres y niños. Aunque 2024 mostró una reducción del 52.9 % respecto al año anterior, el informe destaca que persisten graves deficiencias en la judicialización de estos crímenes.
Casos emblemáticos como el asesinato de 46 mujeres en el Centro Penal Femenino de Adaptación Social (PNFAS) y el ataque contra mujeres garífunas en 2023 continúan sin resoluciones judiciales claras, reflejando la ineficiencia institucional en la protección de los derechos humanos.
Aunque el descenso en los homicidios podría interpretarse como un avance, la ASJ advierte que esta mejora no es suficiente si no se acompaña de una reforma profunda del sistema judicial y del fortalecimiento institucional. El alto nivel de impunidad, la violencia geográficamente concentrada, la persistencia del narcotráfico y la criminalidad organizada siguen afectando el tejido social hondureño.
La organización recomienda al Estado hondureño implementar estrategias de seguridad integrales, reforzar la capacidad investigativa del Ministerio Público y garantizar el acceso a la justicia, especialmente para las víctimas de violencia estructural. Solo así, señala el informe, se podrá avanzar hacia un país más seguro y justo.