Por lo menos 10 sacerdotes arrestados en nueva redada de la dictadura sandinista en Nicaragua

Los religiosos fueron capturados por la policía en los últimos días, denunciaron testigos.

Policías nicaragüenses permanecen dentro de una parroquia como parte del acoso y persecución a los religiosos.

La cifra de sacerdotes secuestrados por la dictadura sandinista se elevó a 10 en las últimas horas, tras una arremetida de las fuerzas de seguridad del régimen de Nicaragua, incluyendo 8 sacerdotes y un laico en 48 horas.

La redada se da luego de un discurso más de odio de la vicedictadora Rosario Murillo, pareja de Daniel Ortega, ambos acusados de crímenes de lesa humanidad.

Sólo el 1 de agosto fueron detenidos 2 sacerdotes: monseñor Ulises Vega y monseñor Edgar Sacasa.

Este 2 de agosto se reportaron los secuestros de 6 sacerdotes y un diácono: el padre Jairo Pravia; padre Víctor Godoy; padre Marlon Velásquez; padre Raúl Villegas; padre Antonio López y padre Silvio Romero, más el diácono Ervin Aguirre.

La mayoría pertenece a la arquidiócesis de Matagalpa y Estelí, guiada por el obispo monseñor Rolando Álvarez, a quien la dictadura secuestró en 2022 y desterró hace pocos meses, luego de condenarlo a 26 años de cárcel.

El pasado 26 de julio, fue secuestrado el sacerdote Frutos Valle de 80 años, administrador de la Diócesis esteliana.

Además, una parroquia ha sido saqueada y se han llevado bienes personales de los religiosos y objetos sagrados de la iglesia.

La abogada Martha Patricia Molina, una de las principales voces que ha denunciado esta nueva oleada de persecución religiosa, ha documentado que 143 sacerdotes han sido forzados a abandonar Nicaragua entre 2018 y 2024, sin incluir cientos de religiosas de las órdenes de monjas y clérigos que realizaban labores de caridad en el país.

Desde el estallido de la rebelión ciudadana en abril de 2018, que fue brutalmente reprimida por el régimen, 143 sacerdotes, incluyendo a un nuncio apostólico, tres obispos, monseñores y sacerdotes, han sido obligados desterrados, exiliados, expulsados y deportados.

Según organismos internacionales y expertos en derechos humanos comisionados por la OEA y la ONU, la represión de la criminal familia Ortega-Murillo son acusados de la muerte de más de 355 nicaragüenses muertos y un sinfín de crímenes que califican como delitos de lesa humanidad.

 

 

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