Las investigaciones por el asesinato del coronel en retiro nicaragüense Roberto Samcam Ruiz han tomado un giro explosivo que compromete profundamente a la cúpula militar del Ejército de Nicaragua.
El informe 87-SH/RCI-2025 de la Sección de Homicidios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica identifica como presunto cerebro de la operación a Pablo Antonio Robles Murillo.
Este es un exmilitar sandinista entrenado en Rusia y Cuba, protegido en Nicaragua por la cúpula castrense y con lazos de vieja data con el actual jefe del Ejército, general Julio César Avilés.
El perfil del sospechoso
De acuerdo con el expediente judicial, Robles Murillo acumula 59 movimientos migratorios hacia Nicaragua desde 2005, de los cuales 10 ocurrieron en 2025, apenas meses antes y después del crimen.
Según fuentes de inteligencia citadas por el OIJ, el sospechoso no solo habría coordinado la operación desde Costa Rica, sino que además mantenía comunicación directa con estructuras de contrainteligencia militar en Nicaragua y con agentes del G2 cubano.
El documento confidencial asegura que Robles Murillo recibió entrenamiento en Moscú y en La Habana en labores de espionaje, asesinato y sabotaje durante los años ochenta, y que incluso integró el Batallón de Lucha Irregular Sócrates Sandino junto a Avilés, actual comandante en jefe del Ejército nicaragüense.
Esa relación, advierten las autoridades, podría explicar la protección que hoy le brinda la institución armada de Managua.
Línea de tiempo del sospechoso
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2005-2025: Robles Murillo acumula 59 movimientos migratorios entre Nicaragua y Costa Rica.
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10 de junio de 2025: sale de Costa Rica, nueve días antes del crimen.
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19 de junio de 2025: día del asesinato de Samcam en Moravia.
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23 de julio de 2025: registra entrada desde Nicaragua.
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7 de agosto de 2025: abandona Costa Rica por Peñas Blancas; desde entonces no ha retornado por puestos oficiales.
La conexión con el crimen
Robles Murillo es señalado de haber diseñado el plan que culminó con el asesinato de Samcam el 19 de junio en Moravia, San José, cuando un sicario aún prófugo lo sorprendió en su residencia.
La operación habría contado con el apoyo logístico de otros sospechosos ya detenidos: Chaves Medina, Orozco González y Robles Salas, quienes cumplen seis meses de prisión preventiva, además de una mujer de apellido Chacón Guillén procesada en libertad y un joven de apellido Carvajal, aún en fuga.
Las pesquisas revelan que Robles Murillo se comunicaba con el intermediario capturado en Cañas, Guanacaste, el 11 de septiembre, al que se le decomisaron ₡4 millones en efectivo cuando iba buscando huir hacia Nicaragua.
Este vínculo ubica al exmilitar como el principal estratega de la operación, aunque todavía no enfrenta cargos formales.
Refugio en Nicaragua
El rastro del sospechoso se pierde el 7 de agosto de 2025, cuando salió de Costa Rica por Peñas Blancas hacia Nicaragua y no volvió a ingresar por puestos fronterizos oficiales.
Consultada por periodistas, una cuñada de Robles Murillo confirmó que el sujeto se encuentra en territorio nicaragüense y declinó dar más detalles.
Paralelamente, registros públicos señalan que el 20 de mayo de este año inscribió un terreno en Upala, Alajuela, lo que apunta a que mantenía operaciones en Costa Rica hasta semanas antes de su fuga.
Un testigo protegido citado en el informe judicial afirmó que Robles Murillo fue visto en Managua reunido con la plana mayor del Ejército nicaragüense apenas un mes antes del crimen, presuntamente afinando detalles de la operación.
Según esta misma fuente, el asesinato habría sido coordinado entre la institución castrense y agentes cubanos para “neutralizar a una de las voces más críticas contra el régimen Ortega-Murillo”.
El objetivo: silenciar a un opositor incómodo
Samcam, coronel en retiro del Ejército Popular Sandinista y crítico férreo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se había exiliado en Costa Rica para escapar de la represión.
Era una de las voces más consultadas por medios nacionales e internacionales para analizar la situación militar y política de Nicaragua, lo que lo convirtió en un objetivo prioritario para el régimen.
“El mensaje es claro: nadie está a salvo, ni siquiera en el exilio”, advirtió una fuente de la Fiscalía costarricense bajo condición de anonimato. El caso se investiga bajo el expediente 25-001025-0053-PE y sigue abierto a nuevas detenciones.
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Videos y evidencias clave
Según fuentes del expediente, el OIJ cuenta con videos de cámaras de seguridad que muestran a los presuntos sicarios movilizándose en vehículos antes y después del ataque.
Dichas imágenes fueron fundamentales para seguir la ruta de fuga hasta un taxi informal en Tibás. También se analizaron registros telefónicos que vinculan a Robles Murillo con Carlos Chaves Medina, señalado como intermediario financiero del crimen.
Los agentes judiciales consideran que Robles Murillo se encargó de coordinar la logística binacional, apoyado por contactos en Nicaragua y Costa Rica.
Los detenidos y los prófugos
El 12 de septiembre, la Sección de Homicidios detuvo a tres sospechosos:
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Chaves Medina: considerado pieza clave, capturado con dinero en efectivo.
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Luis Orozco González: encargado de la logística de huida.
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Robles Salas: implicado en la coordinación operativa.
Todos cumplen seis meses de prisión preventiva. Una cuarta detenida, Chacón Guillén, pareja sentimental de Chaves, enfrentará el proceso en libertad. Un quinto sospechoso, Carvajal, de 20 años, sigue prófugo.