El arzobispo de Miami, Florida, Thomas Gerard Wenski ofreció hogar a los cinco sacerdotes y dos seminaristas nicaragüenses que estuvieron como presos políticos y que fueron liberados por la dictadura Ortega-Murillo para ser desterrados.
“Les estoy ofreciendo la hospitalidad del seminario, así como la oportunidad de aclimatarse, aculturarse y ver cuáles serían los próximos pasos después de eso”, dijo Wenski. En el seminario podían tomar “clases intensivas de inglés” mientras finalizaban su papeleo de inmigración, agregó.
Inicialmente se habló de que los religiosos serían recibidos en Miami por la comunidad Nicaragüense en esa ciudad. A finales de los 70 y principios de los 80, prominentes ciudadanos de Nicaragua huyeron de su país tras la llegada al poder de los sandinistas, entonces comandados por el actual dictador Daniel Ortega.
“Ya he oído hablar de algunos obispos que necesitan sacerdotes de habla hispana que estén encantados de ayudarlos”, externó. “Los refugiados o migrantes que llegan a Miami son como una tormenta eléctrica de verano”, dijo el arzobispo.
En Miami está exiliado el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, quien se vio obligado a abandonar Nicaragua en 2019 después de recibir amenazas de muerte por sus críticas al gobierno de Ortega. güenses.
“Miami es el epicentro de la comunidad nicaragüense en los Estados Unidos, al igual que Miami es el epicentro de la comunidad cubana”, dijo el arzobispo Wenski.