La mañana de este lunes, las instalaciones del Consejo Nacional Electoral (CNE) se convirtieron en el centro de atención luego de que un equipo especializado en explosivos llegara de emergencia tras una alerta por un presunto artefacto sospechoso.
Lo ocurrido generó preocupación entre trabajadores y vecinos de la zona, mientras las autoridades desplegaban un operativo de seguridad para descartar cualquier amenaza que pusiera en riesgo a la población.
El llamado de emergencia fue atendido de inmediato por el equipo antibombas, que se desplazó hasta la sede central del CNE en Tegucigalpa. Según versiones extraoficiales, la alerta habría surgido de supuestos empleados de la institución, quienes reportaron la posible presencia del artefacto.

De forma preventiva, las autoridades acordonaron el perímetro y suspendieron momentáneamente el acceso a las instalaciones, en un intento por garantizar la seguridad de funcionarios, visitantes y vecinos que se encontraban en los alrededores.
Hasta el momento, no se ha confirmado la existencia de un objeto sospechoso dentro del edificio, pero los especialistas en la materia continúan con las inspecciones en distintas áreas de la institución. El caso permanece bajo investigación y se esperan comunicados oficiales en las próximas horas.
La situación ha generado expectativa tanto a nivel local como regional, pues el Consejo Nacional Electoral desempeña un papel crucial en la organización de las próximas elecciones, previstas para este año.

La seguridad de la institución es vista como un factor clave para garantizar un proceso electoral confiable y transparente.
Este incidente ocurre en un contexto de alta sensibilidad política en Honduras, donde el clima electoral exige confianza y estabilidad en las instituciones encargadas de resguardar la democracia.