La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) hizo un llamado contundente al Gobierno salvadoreño a revisar sus políticas públicas y adoptar medidas urgentes en favor de los sectores más vulnerables. En su nueva carta pastoral, titulada “Iglesia que peregrina con los pies en la tierra”, los obispos expresaron su preocupación por la situación social, económica, política y ambiental del país, y solicitaron acciones concretas que garanticen la dignidad humana, la justicia y el bien común.
El documento, que recoge un amplio análisis de la realidad nacional, subraya que la Iglesia “no puede permanecer indiferente ante el sufrimiento del pueblo”, y por ello eleva su voz para visibilizar las demandas de quienes no tienen acceso a los espacios de poder.
Educación: una deuda estructural
La CEDES alertó sobre el rezago educativo en el país, especialmente entre jóvenes. Con datos recientes de la Universidad de El Salvador, los obispos señalaron que menos del 15% de los bachilleres acceden a la educación superior y denunciaron la reducción del número de aspirantes en 2025.
Criticaron también la unificación de escuelas públicas, medida que consideran más favorable para las autoridades que para el país, y exhortaron a priorizar la educación como motor del desarrollo. “Si El Salvador quiere insertarse en la revolución digital, debe garantizar educación de calidad y acceso equitativo”, afirmaron.
Salud pública: esfuerzos insuficientes
Aunque reconocieron la construcción de nuevos hospitales, los obispos enfatizaron que la red de salud sigue siendo insuficiente y sobrecargada. Proponen descentralizar la atención médica, fortalecer la prevención y garantizar condiciones dignas para pacientes y personal de salud.
#CartaPastoral: de la Conferencia Episcopal de El Salvador.
Lleva por título: “Una voz que con esperanza clama en el desierto” (cf. Jn 1,23).
Con ocasión de la fiesta de San Pablo VI.https://t.co/KtQeBPaJDi pic.twitter.com/VuVe8Dh2Db
— Arquidiócesis de San Salvador (@arzobispadoss) May 29, 2025
“El bienestar físico, emocional y psicológico de la población no debe depender de la sobrecarga del sistema, sino de una inversión coherente y humana”, subraya el texto.
Violencia y régimen de excepción
La carta también aborda la seguridad pública. La CEDES valoró los avances en la reducción de homicidios, pero pidió que se supere el enfoque represivo del régimen de excepción vigente desde 2022.
Los obispos instaron a revisar con objetividad los casos de personas detenidas y advirtieron sobre la criminalización de la juventud en zonas históricamente violentas. “El país necesita más escuelas, arte, deporte y oportunidades, no más cárceles”, apuntaron.
Además, expresaron su rechazo a la posible utilización del país como centro de detención para migrantes rechazados por potencias extranjeras. “La migración es un derecho humano. No conviertan a El Salvador en una cárcel internacional”, afirmaron.
Medio ambiente: llamado urgente a proteger la casa común
Uno de los mensajes más fuertes fue dirigido al deterioro ambiental. La CEDES alertó sobre la deforestación, contaminación del agua, y la pérdida de biodiversidad. Pidieron acciones concretas como:
Apostar por la reforestación y la recuperación de ríos y zonas naturales
Derogar la Ley de Minería aprobada en 2024
Escuchar y proteger a los defensores ambientales.
Recordaron con pesar el asesinato impune de ambientalistas como Marcelo Rivera, Dora Sorto y Ramiro Rivera, y exigieron respeto a quienes hoy siguen alzando la voz en defensa del medio ambiente.
Empleo, economía y campo
En el ámbito económico, la carta pastoral denuncia el desempleo creciente y los desalojos de trabajadores informales. Critican los despidos masivos y piden generar empleo digno, con salario justo y condiciones laborales humanas.
Para el sector agrícola, propusieron aumentar el salario mínimo, subsidiar a pequeños productores y garantizar precios justos. Reclamaron una política que fortalezca el agro, evite el abandono del campo y promueva la soberanía alimentaria.
Política y democracia
Finalmente, los obispos llamaron a fortalecer la democracia, con una política al servicio del pueblo, no de las élites. Solicitaron derogar el régimen de excepción y promover una política familiar que refuerce el papel de la familia como base de la sociedad.
Insistieron en la necesidad de diálogo, respeto, pluralidad de voces y unidad nacional: “El poder político es una misión al servicio de la sociedad, no un privilegio para unos pocos”.
Conclusión: escuchar al pueblo
La Conferencia Episcopal concluyó su carta reafirmando que sus observaciones no responden a intereses ideológicos ni partidistas. “Nos mueve únicamente el bien del pueblo. Es necesario escuchar la voz de los pobres, de los despedidos, de los desplazados. Urge ofrecerles alternativas viables para sostener a sus familias”.
El mensaje final es claro: el gobierno debe escuchar al pueblo, actuar con sabiduría y buscar el bien común desde el respeto, la dignidad y la unidad.