El exiliado obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, dijo que la perseguida Iglesia Católica en Nicaragua es como la frágil barca en la que los discípulos viajaban en una noche de tormenta, pero que resiste a los embates, en este caso, los de la dictadura de Daniel Ortega.
De esta forma la reflexión en la homilía de monseñor se da en el evangelio de Mateo, cuando los discípulos se subieron a la barca, pero fueron sorprendidos por una tormenta con fuertes vientos, bajo olas y oscuridad, pero que, a pesar de ello, Pedro por su fe, pudo caminar sobre las aguas.
“Aquella barca es la Iglesia que navega en la historia como una pequeña y frágil embarcación, padeciendo ataques, calumnias y persecuciones. Navega entre las aguas agitadas de poderes autoritarios y represivos que la persiguen y agreden porque no toleran la verdad de Dios que ella anuncia. La Iglesia navega resistiendo a vientos contrarios que la amenazan e intimidan para hacer callar su voz e impedir su misión evangelizadora”, reflexionó el jerarca católico en la iglesia católica de Santa Agatha.
Advirtió que la iglesia no anda sola, no navega a solas, porque “Jesús está siempre con nosotros. Él nos protege y nos cuida, él preserva del mal y guía con amor a la Iglesia”, ante ello, dijo que la iglesia no debe de paralizarse por el miedo, en clara referencia a las acciones que implementa la dictadura de Ortega y Murillo en Nicaragua.
La homilía dominical de Báez apela a un sentimiento de fe y determinación para no doblegarse ante el opresor, que, de la mano de Jesús, se puede caminar por encima de lo que sea. El mensaje en la homilía de igual forma inyecta positivismo a ser capaces de continuar luchando y navegando las aguas turbias y caminar con serenidad y fe, para que un cambio sea posible.
“Jesús no nos quiere paralizados cómodamente protegidos en falsas prudencias y miedos disfrazados de silencio. No importa que vayamos lento, dando pequeños pasos cada día. Lo importante es caminar siempre, caminar hacia Jesús, sostenidos por su presencia amorosa y apoyados únicamente en su palabra”, exhortó.
La reflexión del evangelio, pone de manifiesto el llamado a no tener miedo de caminar, a no tener miedo porque hasta las tormentas son superadas y controladas de la mano de Dios. Por eso, el mensaje es más que evidente y un llamado a la fe, como la que tuvo Pedro cuando camino por encima del agua, aún con miedo, y dudando de su propia fe.
“Hay cansancio social, intentos fallidos y decepciones. Son los dolores de parto de una nueva sociedad. En esos momentos no hay que caer en el desánimo, hay que conservar la rebeldía espiritual para no acostumbrarse a la normalidad forzada que quiere imponer el opresor y tampoco hay que perder la capacidad de soñar con una sociedad justa y libre”, dijo.
Por tal motivo monseñor Báez aseguró que “todos somos como Pedro, hombres y mujeres de poca fe…No nos detengamos, ni nos hundamos. Sigamos navegando por nuevos mares, sin temor a afrontar vientos y tempestades, confiando siempre en el Señor”.