El Ministerio de Finanzas (Minfin) de Guatemala alista el primer presupuesto general de la nación bajo la Administración de Bernardo Arévalo, enfocado en las áreas de educación, salud e inversión pública.
El anteproyecto que entregará Minfin, a más tardar el 2 de septiembre, superará los $19,224 millones y los diputados de Congreso tendrán hasta finales de noviembre para aprobarlo, con el historial reciente que el presupuesto de 2024 no fue avalado en los términos que establece la Constitución de la República.
Jonathan Menkos, ministro de Finanzas, aseguró que el proyecto de presupuesto está “muy vinculado al cumplimiento de las grandes metas en materia de bienestar social y de crecimiento” fijadas por la Presidencia de Arévalo.
Menkos indicó que se contempla un tramo de inversión para la infraestructura, que es “algo muy sentido para la sociedad” por las limitaciones en movilidad, comercio e industria.
Preliminarmente, Finanzas ha fijado un techo de $3,316 millones para la cartera de educación, $1,965 millones para salud, $1,062 gobernación y $499 millones a defensa.
“Necesitamos una buena seguridad y una buena defensa, porque la certidumbre de nuestras familias, así como de los inversionistas nacionales y extranjeros, depende mucho del trabajo que ustedes hacen a lo largo y ancho del territorio nacional”, dijo el ministro durante un foro organizado por el Ministerio de Defensa.
Para que Guatemala consiga el grado de inversión con las calificadoras de riesgo y se atraiga la inversión, primero se debe garantizar la seguridad ciudadana, sostuvo el ministro de Finanzas.
Las proyecciones de financiamiento se basan en la recaudación de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), estimada por $10,930 millones más un endeudamiento interno de $3,286 millones y $332 millones en el mercado externo. Sin embargo, el ministro aseguró que no habrá aumento en las tasas impositivas ni nuevos impuestos para el próximo ejercicio fiscal.
El Ministerio de Finanzas calcula que la deuda pública se colocará en $32,703 millones en 2025, menos de un 30 % de su producto interno bruto (PIB) y es, por consiguiente, la economía menos endeudada de Centroamérica.