El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo impidió el ingreso a Nicaragua y deportó sin explicaciones al creador de contenido argentino Federico Skrbec, según denunció el influencer en sus redes sociales.
Skrbec es popular por el canal de YouTube “Argentina y el Mundo”, donde cuenta con casi 29.000 suscriptores y más de 150.000 seguidores en TikTok.
El viajero digital, que pretendía hacer turismo y producir material audiovisual para promocionar el país, denunció que fue deportado sin motivo aparente tras ser retenido durante varias horas en el Aeropuerto Internacional de Managua.
Skrbec relató que, después de presentar su documentación de rutina, fue interceptado por agentes de Migración y de la Policía, quienes le confiscaron el celular y el pasaporte, lo condujeron a un cuarto de seguridad y lo mantuvieron incomunicado por más de cuatro horas.
Aislado 4 horas
“Me deportaron de Nicaragua, algo que nunca pensé que me iba a pasar. Me dijeron, con estas palabras: ‘su visita no es grata al país’”, explicó en un video publicado en sus redes sociales.
Aunque aclaró que no sufrió agresiones físicas, describió el episodio como una experiencia de zozobra e incertidumbre mientras estuvo aislado cuatro horas.
Finalmente, fue escoltado hasta la puerta de un avión rumbo a Panamá, sin que las autoridades le devolvieran el pasaporte hasta su llegada a Argentina.
El argentino subrayó que su trabajo no tiene vínculos políticos y que su objetivo era únicamente mostrar atractivos turísticos.
“Les decía que yo no hago nada de política, que nunca había hecho nada político, pero ya me tenían desde antes identificado. No había forma de cambiar la decisión”, comentó, al tiempo que aseguró que no volverá a Nicaragua mientras no se aclaren los motivos de su deportación.
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Nicaragua, país de terror
El caso de Skrbec no es aislado. En las últimas semanas se han multiplicado las denuncias de creadores de contenido que sufrieron hostigamiento, extorsión o directamente el cierre de las fronteras.
La boliviana Jessica Hoyos, quien recorre América Latina en motocicleta y documenta su viaje en el canal “WisTuVida”, relató que fue víctima de una mordida policial en la carretera entre Managua y Granada.
Dos agentes de tránsito le exigieron veinte dólares para devolverle sus documentos, dinero que formaba parte de su escaso presupuesto como viajera.
Más tarde, cuando intentó salir hacia Honduras por el puesto fronterizo de El Guasaule, fue sometida a un largo interrogatorio y quedó con su pasaporte sin sellar, lo que le impide regresar al país.
“El país está demasiado hostil. Me dio la sensación de que es como una cárcel de control mental”, denunció en su testimonio.
Censura y silencio en Nicaragua
Otro antecedente ocurrió con la costarricense Angélica Chaves, quien intentó ingresar desde Costa Rica con equipo de grabación y fue rechazada en la frontera norte.
Según narró, fue interrogada por autoridades migratorias que le advirtieron que podía ser detenida por “actividades no autorizadas”.
Una experiencia similar vivió el youtuber israelí Avraham Ben Moshe, retenido en la frontera de Las Manos tras llegar desde Honduras.
Durante varias horas fue señalado verbalmente de ser “espía” y recibió la advertencia de que, si grababa en Nicaragua, terminaría en prisión.
Estos episodios recientes se suman a un historial ya extenso de restricciones contra comunicadores y viajeros digitales.
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Un país abusador de derechos humanos
En años anteriores se les negó la entrada a creadores internacionales como el peruano Henry Alexander Guillón, el argentino Pablo Imhoff y el español Charly Sinewan.
Incluso nicaragüenses en el exilio, como Francisco “Chico” Reyes Rosas, han sufrido la misma suerte al intentar regresar a su país. La pauta es clara: la dictadura no tolera cámaras independientes que puedan documentar lo que ocurre en su territorio.
El contexto de estas medidas refuerza la imagen de Nicaragua como un país en crisis premanente y violación sistemática de derechos humanos.
Desde abril de 2018, tras la represión de las protestas sociales que dejó más de 355 muertos según la CIDH, el régimen de Ortega y Murillo ha profundizado un modelo autoritario.
Crímenes de lesa humanidad
El mismo está marcado por detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, confiscaciones de medios de comunicación, universidades y organizaciones civiles, además del destierro de cientos de opositores y periodistas.
Estados Unidos mantiene una alerta de viaje tipo D, que desaconseja visitar el país por alto riesgo de abusos y ausencia de garantías legales.
La pareja gobernante, acusada por organismos internacionales de cometer crímenes de lesa humanidad, ha extendido su aparato de control a todos los ámbitos de la vida pública, incluyendo ahora a los creadores de contenido digital.
La deportación de Federico Skrbec y los testimonios de otros viajeros confirman que, en Nicaragua, cualquier cámara o micrófono puede convertirse en blanco de persecución.