Dictadura de Nicaragua condiciona ingreso de Martinelli a aclaración de alerta de Interpol y mantiene su protección en embajada

El régimen de Daniel Ortega dijo que para recibir al expresidente panameño, que evadirá su condena de más de 10 años de cárcel con el asilo político, se debe aclarar la alerta de búsqueda de Interpol.

La dictadura de Nicaragua informó que no recibirá en su territorio al expresidente panameño Ricardo Martinelli hasta que se aclare la solicitud de captura internacional emitida por la jueza panameña Baloísa Marquínez a través de Interpol.

En un comunicado difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Managua afirmó que “mientras no se aclare esta situación, no nos es posible recibir al expresidente Martinelli en Nicaragua”, en referencia a la orden de detención que fue hecha pública por las autoridades judiciales de Panamá.

Martinelli permanece refugiado en la sede diplomática de Nicaragua en Ciudad de Panamá desde el pasado 7 de febrero, cuando solicitó asilo tras conocerse una sentencia en su contra por el caso “New Business”, en el que fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión por lavado de dinero.


El comunicado oficial nicaragüense reitera que el exmandatario “seguirá en contacto con refugio y asilo humanitario en la sede de la Embajada de la República de Nicaragua en Panamá”, lo que confirma que por ahora su salida del país vecino está bloqueada tanto por la alerta de Interpol como por la falta de una autorización explícita del país centroamericano que lo protege.

Horas antes, la Policía Nacional de Panamá había señalado que la alerta de Interpol contra Martinelli está “en proceso” y que hasta el momento “no se mantiene una alerta que se haya confirmado”, en referencia al procedimiento que debe seguirse para que la notificación roja sea activada de forma efectiva.

La postura de Managua se conoce en medio de crecientes tensiones diplomáticas entre ambos países y ocurre en un contexto en el que el régimen de Daniel Ortega ha sido señalado por organismos internacionales de utilizar el asilo político como herramienta para proteger aliados ideológicos o políticos cuestionados por la justicia de sus países de origen.

Martinelli, quien gobernó Panamá entre 2009 y 2014, ha denunciado persecución política y ha intentado evadir su detención argumentando razones de salud. Sin embargo, las autoridades judiciales panameñas han sostenido que su condena responde a un proceso legal legítimo y que su captura es prioritaria.

La situación del expresidente ha generado un complejo escenario legal y diplomático que podría escalar, dependiendo de las decisiones que adopte la Interpol y la respuesta de Nicaragua ante una eventual solicitud formal de extradición.

El expresidente, un millonario empresario, ha estado “celebrando”, desde la embajada nicaragüense, su próxima salida y se refirió a la nación como un país de gente bella donde andará con libertad.

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