En un gesto que ha generado sorpresa y críticas en sectores de la oposición, el dictador nicaragüense Daniel Ortega y su esposa y co-dictadora Rosario Murillo enviaron una carta de solidaridad al expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, tras el anuncio público de su enfermedad.
El mensaje, fechado en Managua, expresa “solidaridad y oraciones” para que el exmandatario estadounidense y su esposa, Jill Biden, encuentren “fortaleza y fuerza para enfrentar este nuevo desafío”.
“Les acompañamos desde el Buen Corazón de las Familias nicaragüenses, en momentos cuando la Fé es Esperanza Cierta”, dice el breve comunicado, firmado por Ortega y Murillo y difundido por medios oficialistas.
La misiva ha sido interpretada por críticos del régimen como un ejemplo de “doble moral”, dado el historial de enfrentamientos entre el gobierno sandinista y la administración Biden.

De las sanciones a los vetos diplomáticos
Durante su mandato, el presidente Biden impuso múltiples sanciones económicas y migratorias contra Ortega, Murillo y decenas de funcionarios del régimen, a quienes responsabilizó por graves violaciones a los derechos humanos, represión de la disidencia y corrupción institucional.
En noviembre de 2021, tras las elecciones generales en Nicaragua calificadas como “ilegítimas” por gran parte de la comunidad internacional, Biden ordenó vetar el ingreso a Estados Unidos de Ortega, Murillo y su círculo cercano.
“La represión y los abusos del gobierno de Ortega y quienes lo apoyan exigen que Estados Unidos actúe”, expresó entonces Biden en una proclama oficial.
En toda su administración el mandatario estadounidense decidió renovar cada año la declaratoria de “emergencia nacional” respecto a la situación en Nicaragua, argumentando que la dictadura Ortega Murillo representaba “una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Ruptura con la OEA y respaldo a dictaduras aliadas
El régimen de Ortega también ha mantenido una línea abiertamente crítica hacia Estados Unidos, a quien acusa de “imperialismo” y de intervenir en los asuntos internos de Nicaragua.
En ese mismo tono, ha calificado a Biden y a sus antecesores como “enemigos de la humanidad” en distintos foros internacionales.
En paralelo, el régimen ha estrechado lazos con gobiernos autoritarios como los de Rusia, China, Venezuela, Irán, Corea del Norte y Cuba, a los que ha defendido abiertamente.
En 2022, Nicaragua formalizó su salida de la Organización de Estados Americanos (OEA) tras rechazar sus resoluciones sobre los comicios nicaragüenses y denunció la Carta Democrática Interamericana.
“Lo que manda Estados Unidos lo repiten como loros los países lacayos de la OEA. Es un organismo de injerencia y colonialismo”, dijo Ortega durante un discurso televisado en 2022.