Una jornada que comenzó como una manifestación pacífica frente al Congreso Nacional de Honduras terminó en caos este miércoles, cuando una confrontación entre manifestantes liberales, fuerzas de seguridad y policías derivó en empujones, gritos y agresiones físicas. El resultado: al menos una persona herida y varios diputados golpeados.
El incidente ocurrió en la planta baja del edificio legislativo, en el centro de la capital, donde simpatizantes y dirigentes del opositor Partido Liberal exigían respeto al cronograma electoral, que prevé elecciones generales para el próximo 30 de noviembre.
Lo que inició como una protesta sin mayores altercados escaló rápidamente cuando los manifestantes intentaron ingresar al recinto legislativo. En ese momento, personal de seguridad del Congreso y agentes de la Policía Nacional intervinieron, desencadenando escenas de violencia captadas por las cámaras de la televisión local.
Entre los lesionados figuran líderes del Partido Liberal, como el jefe de bancada Mario Segura y el diputado Jorge Cálix, ambos golpeados durante el enfrentamiento.
#TeLoCuento: Un fuerte enfrentamiento se originó en los bajos del Congreso Nacional en horas de la tarde entre diputados y simpatizantes del Partido Liberal contra elementos de seguridad del Legislativo y la Policía Nacional.
Eso debido a que un fuerte cordón policial se instaló… pic.twitter.com/nClyBpSnWY
— Hondudiario.com (@hondudiario) July 31, 2025
“Nos agredieron cuando intentábamos entrar al Congreso Nacional, siendo nosotros diputados”, denunció Cálix, quien acusó directamente al oficialismo de fomentar la violencia.
Cálix fue enfático al advertir que su partido no se dejará intimidar: “No le tenemos miedo al tolete, al gas lacrimógeno ni al ‘familión’”, dijo, utilizando el término con el que se refieren despectivamente a la familia presidencial. “El 30 de noviembre habrá elecciones, y Salvador Nasralla será el próximo presidente, le duela a quien le duela”, agregó con tono desafiante.

En tanto, Segura hizo un llamado a la ciudadanía para movilizarse en defensa del proceso democrático. “No podemos permitir que obstaculicen unas elecciones por las que hemos luchado desde el retorno a la democracia en 1980”, expresó.
La violencia en el Congreso ocurre en un contexto de profunda crisis institucional. El Consejo Nacional Electoral (CNE), encargado de organizar los comicios, se encuentra sumido en disputas internas y enfrenta acusaciones de injerencia por parte del Ministerio Público. El fiscal general, Johel Zelaya, ordenó este miércoles a la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) secuestrar documentación relacionada con el proceso electoral, medida que la presidenta del CNE, Cossette López, denunció como un “atentado a la autonomía” del organismo.
La incertidumbre se agrava con la reciente renuncia de Ana Paola Hall, consejera liberal del CNE, quien abandonó su cargo en medio de tensiones por la licitación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP). Desde mediados de julio, simpatizantes del oficialista partido Libre han bloqueado el acceso de oferentes al órgano electoral, complicando aún más los preparativos para noviembre.
En medio de este panorama, la tensión política sigue creciendo, con un país cada vez más polarizado y una contienda electoral que, lejos de apaciguar los ánimos, parece encenderlos aún más.