Arzobispo de San Salvador critica reforma que permite reelección indefinida: “Es un cambio grande al sistema democrático”

Monseñor José Luis Escobar de San Salvador advirtió que las reformas constitucionales aprobadas por la Asamblea, que permiten la reelección indefinida y eliminan la segunda vuelta, representan un “cambio grande al sistema democrático” y pidió reconsiderar la decisión por haberse hecho sin consultar a la población.

Asamblea Legislativa El Salvador, durante la aprobación de las reformas constitucionales que permiten la reelección presidencial indefinida.

El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar, cuestionó la decisión de la Asamblea Legislativa de aprobar reformas constitucionales exprés que permiten la reelección presidencial indefinida, eliminan la segunda vuelta electoral y extienden a 6 años el período presidencial. Calificó el proceso como “de espaldas a la población” y advirtió que se trata de un cambio profundo al sistema democrático del país.

El líder religioso llamó a los legisladores a reconsiderar la decisión, al señalar que modificaciones de este calibre no pueden realizarse “de inmediato” y sin debate público. Su posición refleja una creciente inquietud entre sectores eclesiásticos y de la sociedad civil por el rumbo político que toma El Salvador.

Reformas exprés y celebración oficialista

Las reformas fueron ratificadas la noche del jueves, un día antes de las vacaciones agostinas del país, en la plenaria 67 con 57 votos a favor (de 60). 

El presidente de la Asamblea, Ernesto Castro, celebró lo que llamó un “hito histórico”, asegurando que marcará un antes y un después para el país.

Además de la reelección indefinida, la reforma elimina la segunda vuelta en las elecciones presidenciales, amplía el período de gobierno. Momentos antes de la aprobación y ratificación, los mismos diputados oficializaron la salida del país del Parlamento Centroamericano (PARLACEN).

El oficialismo sostiene que estas medidas responden a una demanda ciudadana de eficiencia y gobernabilidad, y afirman que consolidan el poder ejecutivo para avanzar con mayor agilidad en su plan de nación.

Voces críticas alertan sobre concentración de poder

A nivel internacional, las reacciones también han sido de preocupación. Diversos observadores advierten que la reelección indefinida abre la puerta a un modelo autoritario, especialmente cuando se aprueba sin una consulta amplia.

Desde organizaciones de derechos humanos se señala que esta clase de reformas limita los espacios de debate democrático y reduce los contrapesos institucionales. Las advertencias apuntan al riesgo de que el poder se concentre en manos del Ejecutivo y se debiliten los mecanismos de control.

Analistas también advierten que la reforma salvadoreña replica el modelo que instauró Daniel Ortega en Nicaragua en 2014, cuando impulsó una enmienda para reelegirse indefinidamente y eliminar la segunda vuelta electoral. Meses atrás, Ortega también extendió su período presidencial a 6 años, misma medida que ahora adopta El Salvador.

¿Retroceso democrático?

Críticos dentro y fuera del país coinciden en que la reforma no fue producto de un consenso nacional, ni de un proceso deliberativo abierto. El uso de la “dispensa de trámite” permitió una aprobación rápida y sin debate público, lo que ha generado inquietud sobre la calidad democrática del proceso.

El llamado del arzobispo, una de las figuras religiosas más influyentes del país, se suma a estas voces de alerta. Su declaración marca un punto de inflexión en la discusión y refuerza la necesidad de una reflexión profunda sobre el rumbo institucional que toma El Salvador.

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