Acusaciones cruzadas por canje de migrantes y prisioneros escalan tensión entre El Salvador y Venezuela

El reciente intercambio de prisioneros entre Venezuela, Estados Unidos y El Salvador ha derivado en un enfrentamiento discursivo entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Nayib Bukele, marcado por acusaciones, amenazas y versiones opuestas sobre lo ocurrido durante la operación.

Venezolanos abodan un avión en El Salvador, tras ser liberados de la megacárcel donde Estados Unidos los envió tras deportarlos.

El reciente intercambio humanitario que involucró la liberación de ciudadanos estadounidenses y migrantes venezolanos se ha transformado en un nuevo foco de disputa política, con acusaciones directas entre los gobiernos de Venezuela y El Salvador, y narrativas contrapuestas sobre lo ocurrido durante el proceso.

Desde Caracas, el presidente Nicolás Maduro acusó públicamente a su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, de intentar impedir la salida de uno de los vuelos que transportaba a 252 migrantes venezolanos desde el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde permanecían detenidos. 

Según Maduro, Bukele habría ordenado colocar vehículos en la pista del aeropuerto para evitar el despegue del segundo avión, una acción que calificó como deliberada y peligrosa.

“Sabemos todo de ti. Estabas desesperado. Al segundo avión le pusiste unos Toyota para provocar un accidente o evitar su salida”, declaró Maduro el lunes a través de la red social X. 

La afirmación se hizo sin la presentación de pruebas que sustenten los señalamientos, y hasta el momento no hay verificación independiente de los hechos denunciados.

Bukele, por su parte y siempre en X, dijo que “el régimen de Maduro estaba satisfecho con el acuerdo de intercambio; por eso lo aceptaron. Ahora gritan y se indignan, pero no porque estén en desacuerdo con el trato, sino porque acaban de darse cuenta de que se quedaron sin rehenes del país más poderoso del mundo”.

Maduro sostiene que la negociación fue directa con Estados Unidos, soin la intervención del gobierno salvadoreño.

La controversia parece alimentarse también de factores políticos y del simbolismo que representa el intercambio. En círculos cercanos a la administración Bukele se ha sugerido que el malestar del régimen venezolano no se debe al trato en sí, sino a la pérdida de influencia que implicaría haber entregado a los migrantes —que algunos consideran “rehenes diplomáticos”— sin lograr mayor rédito político ante Washington.

En la tensión intervino el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, quien afirmó: “Nos las vas a pagar, Bukele, claro que sí. Más temprano que tarde nos las vas a pagar”, en lo que fue percibido como una amenaza directa.

 

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