Resulta que ahora en Nicaragua el último grito de la moda urbana lo conforma el espectáculo visual de las carreteras y autopistas modernas. Algunos turistas y nacionales, gente que vienen y que van lo comentan cuando vuelven de Managua; otros al viajar por tierra lo evidencian aunque con sumo grado de prevención cívica: “Eso sí, cuando vas allá no podes hablar nada de política menos en contra de ellos”, comentan.
Entonces, la pregunta es, ¿preferir a un pueblo sojuzgado y reprimido que cuente con ciertas obras de infraestructura la cual no beneficia a toda la población a una nación libre donde la gente se exprese sin temor a caer presa o a enfrentar represalias?
Esas obras son una farsa, demagogia pública. Esas carreteras, históricamente fueron ya visualizadas por los gobiernos Somoza y también por las tres administraciones de transición; otras no se lograron realizar por las obstrucciones maléficas que el sandinismo con Daniel Ortega a la cabeza bloquearon, como ocurrió con el gobierno del presidente Enrique Bolanos, a quien lamentablemente el propio Partido que lo llevó al Gobierno, el Liberal Constitucionalista (PLC) se alió con aquel en algunas ocasiones para que muchas obras no se edificaran.
Y lo que es peor, son autopistas hechas con sangre y sudor del propio pueblo, que a estas alturas debe ya estar enterado que la deuda pública de Nicaragua volvió a crecer después que con dichos gobiernos (de Transición) se redujo drásticamente. Entonces, ¿de qué progreso estamos hablando si ya las próximas generaciones cargaran el arduo peso de una deuda inmensa a pagar por años y años en una burocracia excesiva y letal?
También son autopistas que llevan sangre y luto pues se han construido bajo el derrumbe de la institucionalidad y de tantos y tantos abusos de Poder que el actual régimen ha cometido desde 1979. Recordemos la ineficacia administrativa de 1979 a 1990, cuando lo único que sobresalía era una sociedad militarizada al servicio obligatorio de una dictadura aberrante y criminal, vinculada con el crimen organizado.
Los regímenes de Derecha como Trujillo en Dominicana, Perez Jimenez en Venezuela, Pinochet en Chile o los Somoza en Nicaragua heredaron economías prósperas las que, a partir de la llegada del comunismo decayeron considerablemente; mientras que las de Izquierda comenzando con la Cuba de Fidel Castro, la Venezuela de Nicolas Maduro (la China comunista con otras variantes) y la Nicaragua de Ortega solo pobreza y muerte heredan.
El sandinismo en general ha contado con las bondades o flojeras de la democracia y de mucha gente buena. La “reconciliación” que promovió la Presidente Violeta Chamorro fue una fiesta con mucho de olvido y borrón, como en el caso de “La Piñata”, el saqueo más grande de la historia que ahora, está saliendo a relucir estallando en la cara a todo el sandinismo, incluyendo a sus intelectuales y escritores y hasta miembros de la Sociedad Civil “opositora”.
Ya lo sabes, turista extranjero, viajero nacional, si vas a Nicaragua toma en cuenta que no se necesitan asfaltos modernos (que tampoco lo son a escala mundial y ya se comenta que muchas de estas autopistas poseen grandes fallas), para visitar esa pobre nación con presos políticos y sin libertades ciudadanas.
Es preferible un pueblo libre a una dictadura de cemento y sangre en los casi 50 años de totalitarismo. Tomen en cuenta también que estas carreteras te pueden llevar más rápido a las cárceles de “La Modelo” o “El Chipote”.