El salvadoreño Kilmar Ábrego García, de 29 años, fue detenido nuevamente este lunes solo 3 días después de su liberación en Estados Unidos.
Su abogado informó que el nuevo arresto ocurrió cuando se presentó a su citación en Baltimore, para afrontar diferentes cargos.
Ábrego fue enviado en marzo a El Salvador y recluido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), pese a que un juez le había otorgado protección contra la deportación por el riesgo de persecución.
Su traslado fue considerado un “error administrativo” por el gobierno del presidente Donald Trump, lo que desató una batalla legal y política.
En junio, Washington autorizó su regreso para enfrentar un juicio federal en Tennessee, donde fue acusado de tráfico de personas. Tras semanas en prisión, un juez determinó el viernes pasado que no representaba un peligro y ordenó su liberación bajo supervisión judicial.

Minutos antes de presentarse en las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Baltimore, Ábrego dirigió un mensaje a la comunidad latina que lo ha acompañado en su lucha.
“Hoy puedo decir con orgullo que estoy libre y me reuní con mi familia. Un milagro gracias a Dios y a toda la comunidad. Gracias a cada uno de ustedes que marcharon, levantaron sus voces y nunca dejaron de creer”.
El salvadoreño también se refirió a las familias migrantes que atraviesan la misma incertidumbre en este momento.

“A todas las familias que han sufrido separaciones y viven con la constante amenaza de ser separadas quiero decirles que, aunque la justicia nos golpee duro, no perdamos la fe. Dios está con nosotros”.
Un mártir para los inmigrantes
Su testimonio fue recibido con aplausos por parte de activistas y miembros de la organización CASA, que acompañaron su entrega. Lydia Walther-Rodríguez, dirigente de la agrupación, aseguró que Ábrego “se ha convertido un mártir por enfrentarse con valentía a prácticas de deportación ilegales” y denunció represalias en su contra.
De acuerdo con la orden judicial emitida en Maryland, Ábrego podrá permanecer en su comunidad en Baltimore, trabajar y cuidar a su familia, siempre bajo supervisión del ICE.

Sin embargo, el Gobierno aún mantiene abierta la posibilidad de deportarlo a un tercer país como Uganda o Costa Rica, lo que mantiene la tensión sobre su futuro.
Sus abogados advirtieron que la administración busca presionarlo mediante ofertas de deportación a cambio de una declaración de culpabilidad. Aseguran que estas maniobras son un castigo por haber desafiado una deportación considerada ilegal por los tribunales.
Desde el Congreso, el senador demócrata Chris Van Hollen reiteró su respaldo al salvadoreño. Dijo que habló con Ábrego y su familia y prometió seguir en la lucha para garantizar que se respete el debido proceso.
Today I spoke with Kilmar Abrego Garcia. The courts & public outcry forced Trump to return him to MD, but Trump’s cronies keep lying about his case & are engaged in a malicious abuse of power to try to deport him to Uganda.
As I told Kilmar, I won’t stop fighting for justice &… pic.twitter.com/3hm9dsZgDR
— Senator Chris Van Hollen (@ChrisVanHollen) August 24, 2025
“Si se le niegan sus derechos, los derechos de todos los demás están en riesgo”.
Por ahora, Kilmar Ábrego sigue en libertad condicional y a la espera de un juicio previsto para enero en Tennessee. Mientras tanto, su caso se ha convertido en símbolo de resistencia para migrantes centroamericanos que denuncian la separación de familias y las políticas de deportación en Estados Unidos.