La embajada de Taiwán en Guatemala reiteró su interés en apoyar el desarrollo de la industria de semiconductores y microprocesadores en el país centroamericano. Según la misión diplomática, esta cooperación permitirá a Guatemala integrarse en la llamada Ruta del Chip, una estrategia que abre oportunidades en empleo especializado, innovación tecnológica y acceso a mercados internacionales.
La iniciativa se alinea con los planes del gobierno del presidente Bernardo Arévalo, que busca diversificar la economía guatemalteca mediante sectores de alto valor agregado. Taiwán, líder global en la fabricación de chips, ha identificado a Guatemala como un socio estratégico en Centroamérica.
Como parte de este respaldo, Guatemala celebró recientemente el Primer Seminario de Semiconductores, organizado por el Ministerio de Economía en conjunto con la República de China (Taiwán). Cuatro expertos taiwaneses participaron en el evento, compartiendo conocimientos clave sobre infraestructura tecnológica, formación de talento humano y creación de políticas públicas efectivas.
Taiwán impulsa industria de semiconductores en Guatemala con capacitación y cooperación tecnológica
El seminario forma parte de un plan técnico-académico diseñado para sentar las bases de una industria nacional de semiconductores. Este plan incluye talleres de capacitación dirigidos a funcionarios guatemaltecos, así como la transferencia de conocimientos prácticos y estratégicos directamente desde el ecosistema tecnológico de Taiwán.
La cooperación no se limita al sector tecnológico. Taiwán ha colaborado con Guatemala en diversas áreas como agricultura, educación, salud pública y gobernanza institucional. Ha impulsado programas de desarrollo rural, becas universitarias, y proyectos de modernización para mejorar la calidad de vida de miles de guatemaltecos.
Con el respaldo taiwanés, Guatemala podría consolidarse como un nuevo centro tecnológico regional. El desarrollo de esta industria no solo mejoraría su posición en la cadena global de suministro de chips, sino que también potenciaría su crecimiento económico, atracción de inversión extranjera y generación de empleo altamente calificado.
La visión compartida entre ambos países plantea un camino claro: transformar el potencial tecnológico guatemalteco en una realidad competitiva y sostenible, con beneficios a largo plazo para la sociedad y la economía nacional.