La aprobación de dos normativas financieras por parte de la Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por la dictadura sandinista, ha provocado incertidumbre en el sistema bancario y entre los cuentahabientes con depósitos en dólares.
Economistas exiliados y expresos políticos, como Juan Sebastián Chamorro y Oscar René Vargas, advierten que estas medidas alimentan el nerviosismo ante un posible escenario de prohibición del dólar o restricciones severas al manejo de divisas en el país.
El Banco Central de Nicaragua (BCN) y funcionarios de la dictadura han intentado disipar las dudas en medios oficialistas, asegurando que las nuevas normativas no buscan prohibir la circulación del dólar ni “cordobizar” las remesas, una de las principales fuentes de ingreso para el país.
Según datos oficiales, Nicaragua recibió más de 3,200 millones de dólares en remesas en 2023, representando el 20% del Producto Interno Bruto (PIB). Este año la cifra supera los 4,000 millones y se proyectaba a casi 6,000 millones a final de año.
Sin embargo, para el economista Juan Sebastián Chamorro, estas explicaciones reiteradas reflejan una falta de claridad y generan el efecto contrario al buscado.
“La confianza en una moneda no se decreta, se construye con estado de derecho, respeto a los contratos y un clima de negocios adecuado, todo lo que esta dictadura no representa”, señaló Chamorro desde su exilio.
Según el economista, la normativa del BCN no solo ha fracasado en restaurar la confianza en el córdoba, sino que ha incrementado la incertidumbre económica.
Impacto en los bancos y cuentahabientes
Oscar René Vargas, sociólogo y economista, calificó las medidas como parte de una serie de errores que han debilitado el sistema financiero del país.
Una de estas normativas obliga a los bancos a reabrir servicios para funcionarios sancionados internacionalmente, exponiéndolos a conflictos con la red de corresponsalías de grandes bancos internacionales, cruciales para las transacciones en dólares.
“Estas medidas pueden estar detrás de movimientos financieros que el régimen y los bancos prefieren ocultar, como el traslado de fondos en dólares hacia cuentas internacionales para protegerlos de un potencial ‘corralito financiero’”, señaló Vargas.
El temor a un colapso financiero también se exacerba con las recientes amenazas del régimen de cerrar fronteras como represalia contra países centroamericanos que rechazaron su propuesta para la Secretaría General del SICA.
Estas tensiones, según Vargas, erosionan aún más la confianza en el sistema económico nicaragüense entre empresarios e inversionistas centroamericanos que podrían mover capital e inversiones a países con climas comerciales más seguros.
Un contexto sociopolítico de incertidumbre
La economía de Nicaragua ya enfrenta desafíos severos desde la crisis sociopolítica de 2018, que provocó una contracción del PIB y una fuga masiva de inversiones.
Según el Banco Mundial, el país ha perdido cientos de millones de dólares en inversión extranjera desde entonces, y más de 800,000 nicaragüenses han emigrado, muchos de ellos enviando remesas vitales para la economía.
“La confianza económica está ligada a la estabilidad política, algo ausente en Nicaragua bajo el régimen de Ortega y Murillo”, apuntó Chamorro, quien además subrayó que sin una institucionalidad sólida y un respeto a las reglas del mercado, la desconfianza en la moneda local persistirá.
Temor a un “corralito financiero”
Los economistas coinciden en que las medidas aprobadas no solo afectan la confianza en la economía local, sino que podrían incentivar una fuga masiva de depósitos en dólares hacia el exterior.
“La gente está actuando de manera preventiva; prefieren poner su dinero a salvo antes de que sea demasiado tarde”, advirtió Vargas.
La incertidumbre se suma a un clima político tenso, con sanciones internacionales y una crisis de legitimidad interna que, lejos de resolver los problemas económicos del país, parece profundizarlos.
Mientras tanto, los cuentahabientes y el sistema financiero nicaragüense siguen navegando en aguas turbulentas, con más preguntas que respuestas sobre el futuro de sus ahorros y de la economía nacional.