Los aliados políticos de la dictadura Ortega-Murillo de Nicaragua —China, Rusia, Irán, Venezuela, Corea del Norte y Cuba— apenas compran el 4 % de las exportaciones nicaragüenses por lo que no serían alternativa a las inminentes sanciones estadounidenses que impondrían aranceles del 100% y una eventual exclusión del Tratado de Libre Comercio (conocido como CAFTA).
Pero ni China ni Rusia —los aliados más cercanos del régimen— representan una alternativa viable. En 2024, Pekín apenas compró el 2 % de las exportaciones nicaragüenses, centradas en productos agrícolas de bajo valor. Moscú, por su parte, mantiene un intercambio comercial casi simbólico.
“Las alianzas ideológicas no pagan las facturas. Podrán tener afinidad política, pero no hay demanda ni infraestructura comercial que compense la pérdida del mercado norteamericano. Sin el CAFTA, Nicaragua se queda sin oxígeno”, ”, ironiza el economista Juan Sebastián Chamorro.
Los demás aliados, como Cuba, Irán o Corea del Norte, no tienen capacidad de compra ni estructuras logísticas para absorber la producción nacional.
Estados Unidos anunció el lunes que impondrá sanciones a Nicaragua debido a las “acciones, políticas y prácticas” de la dictadura Ortega-Murillo relacionadas con abusos a los derechos laborales y humanos, restricciones a las libertades fundamentales y el desmantelamiento del estado de derecho, dejarían a la economía de este país en postración total, pero además sin alternativa.
“La resolución de la oficina de comercio del gobierno norteamericano plantea varias acusaciones y varias opciones. Cualquiera que sea la decisión final es evidente que tendrá repercusiones en los ámbitos político, económico y social de Nicaragua”, advierte el economista nicaragüense Enrique Sáenz.
Nicaragua exportó en 2024 el 39% del total de sus exportaciones y en lo que va del 2025 representan el 35%.
Sáenz explica que en orden de importancia, Nicaragua exporta a Estados unidos oro (49%); carne (16%); café (13%); queso (4%) y después, con menor proporción: langostas, azúcar, frijoles, pescados, tabaco, principalmente.
El régimen, que apostó por el aislamiento político y el acercamiento a potencias autoritarias, enfrenta ahora la realidad de una economía que depende casi por completo de los mercados democráticos.
“Es el resultado inevitable de un modelo basado en la represión y el control”, explica el politólogo nicaragüense Félix Maradiaga.
“La dictadura puede sobrevivir sin elecciones, pero no sin dólares”, agrega Maradiaga, presidente de la Fundación Libertad.
La investigación de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), bajo la Sección 301 fue iniciada el 10 de diciembre de 2024, tras recomendaciones del Comité 301 y consultas con agencias federales y asesores del sector privado.
Los documentos recogen denuncias de violaciones sistemáticas a la libertad sindical, represión contra líderes gremiales, confiscación de organizaciones sociales y cierre de espacios de diálogo laboral. También se incluyen referencias a la persecución judicial y encarcelamiento de opositores políticos, religiosos y defensores de derechos humanos, así como al control total del poder judicial y del Ministerio Público por parte del Ejecutivo.
El informe destaca que tales prácticas “no solo vulneran derechos fundamentales reconocidos internacionalmente, sino que también distorsionan las condiciones de competencia y comercio justo”, afectando el clima de inversión regional y las relaciones económicas con Estados Unidos.