El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) afirma que más de 937,000 jóvenes de Honduras no estudian ni trabajan, conocidos popularmente como población NINI.
“La mitad de la fuerza de trabajo del país no está participando” del mercado de trabajo, afirmó Santiago Herrera, gerente de Política Económica del Cohep.
La población NINI en Centroamérica se relaciona con grupos de jóvenes vulnerables a los grupos criminales, pero esta problemática no es exclusiva de la región pues la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que a nivel mundial hay más de 267 millones de personas en esta situación.
Los NINI abarcan a jóvenes que se desvinculan de la enseñanza y del mercado de trabajo, lo que perjudica su futuro laboral y socava el desarrollo económico de los países. En Honduras, “eso significa una gran pérdida en materia de producción, productividad y de ingresos para la familia hondureña”, añadió Herrera según declaraciones retomadas por la prensa local.

Este grupo de población ha engrosado sus filas en más de 71,500 jóvenes en los últimos cinco años, pues en 2019 el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reportaba 865,454, un 8.2 % de crecimiento.
Las fracturas del mercado laboral no permiten que la fuerza de trabajo logre un puesto de trabajo formal, mientras que el sistema educativo no alcanza a cubrir a la población hasta grados avanzados.
También un factor que incide en no buscar un empleo es la llegada de remesas. Un reciente estudio de la Federación de Cámaras de Comercio del Istmo Centroamericano (Fecamco) afirmó que el dinero enviado por la diáspora de salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y nicaragüenses es un desincentivo para incursionar en el mercado de trabajo.
Honduras tiene la tasa de informalidad más alta de Centroamérica, en un 80 %. Es decir, que ocho de cada 10 trabajadores se dedican a un empleo con baja remuneración y que no tiene cobertura de prestaciones legales como seguro de salud y ahorro de pensiones.
Para Herrera, la carga social -las contribuciones legales de seguridad social a cargo de una empresa- representa más del 72 % del salario, lo que incide en un aumento de la informalidad. “Es una incertidumbre perversa para la informalidad, porque cuando la Pyme no puede pagar esa carga social, entonces el empleo se vuelve informal”, añadió.
El ejecutivo también interpeló que en el mercado de trabajo solo participa un 43 % de las mujeres, mientras que los hombres representan un 78 %.