Las negociaciones para vender los puertos panameños de Balboa y Cristóbal, clave para el tránsito en el Canal de Panamá, se encuentran en punto muerto luego de que China exigiera que su naviera estatal Cosco obtenga una participación mayoritaria en la operación liderada por BlackRock, según reveló el Wall Street Journal.
La operación, valorada en $22,800 millones, contemplaba la adquisición de 43 puertos en 23 países, actualmente operados por el conglomerado hongkonés CK Hutchison. El acuerdo fue anunciado en marzo por un consorcio encabezado por la gestora estadounidense BlackRock y la suiza Terminal Investment, vinculada a la naviera MSC del italiano Gianluigi Aponte.
Inicialmente, Pekín solicitó que Cosco ingresara como socio en igualdad de condiciones, pero recientemente elevó sus exigencias, solicitando el control mayoritario de los activos. Fuentes vinculadas al proceso consideran que estas nuevas condiciones son “inaceptables” y han empantanado las conversaciones.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que permitir que China tome el control de puntos estratégicos en el Canal de Panamá representa un riesgo para la seguridad nacional. “El control chino del Canal es inaceptable y pone en peligro nuestra seguridad económica y nacional”, afirmó un portavoz de la Casa Blanca al WSJ.
Las autoridades chinas han reaccionado con firmeza, llegando a calificar el acuerdo como una “traición” por parte de CK Hutchison. Pekín estaría buscando usar el control portuario como una ficha más en las tensas negociaciones bilaterales sobre comercio y aranceles, según indicó un alto funcionario chino citado por el diario estadounidense.
Analistas sostienen que China podría ejercer presión sobre las compañías involucradas, ya que tanto BlackRock como CK Hutchison tienen negocios relevantes en territorio chino, y MSC es un actor clave en el transporte marítimo de exportaciones del gigante asiático. Esta no sería la primera vez que Pekín interviene: en 2014, bloqueó una alianza logística entre MSC, Maersk y CMA CGM por considerarla contraria a sus intereses.
Este nuevo revés ocurre luego de que Cosco, a mediados de este año, ya había exigido poder de veto en las decisiones del consorcio para proteger los intereses estratégicos de China. Mientras tanto, Washington observa el proceso como parte de su estrategia para limitar la influencia geopolítica de China en América Latina y el comercio global.
CK Hutchison había anunciado en marzo pasado la venta de los puertos, pero desde entonces el gobierno chino ha presionado y aumentado sus condiciones para esa operación.
En julio pasado, la Contraloría General de Panamá presentó dos demandas ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para declarar la inconstitucionalidad y nulidad del contrato de concesión entre el Estado y la empresa Panama Ports Company (PPC), subsidiaria del conglomerado chino CK Hutchison, que administra los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en ambos extremos del Canal de Panamá.
Según el informe de la contraloría panameña, el contrato fue perjudicial para los intereses nacionales, al permitir que más de $1,300 millones no ingresaran a las arcas del Estado.







