Banco Central de Nicaragua mantiene previsión de crecimiento de hasta 4 % en 2025 pese a mayores aranceles de EE. UU.

Los precios en la economía nicaragüense se mantendrán con relativa estabilidad a merced de las tensiones comerciales y el efecto del arancel del 18 % de EE. UU.

Personas en el Centro Turístico Granada, Nicaragua. /Instituto de Turismo

El Banco Central de Nicaragua mantiene su proyección de crecimiento económico de entre un 3 % y un 4 % en 2025, pese a ser uno de los países centroamericanos más afectados en la guerra comercial de Estados Unidos con la tasa arancelaria más alta. La institución sostiene este escenario por la “dinámica positiva” de los sectores internos de la economía, pero advierte de las presiones internacionales en las cuentas nacionales.

En su informe de política monetaria y cambiaria, publicado el 21 de julio de 2025, el Banco Central señaló que la economía nicaragüense mantuvo “buen dinamismo” en el primer semestre del año, conforme a lo previsto, pese a la incertidumbre internacional debido a los cambios en las políticas arancelarias y migratorias.

La proyección económica de 2025 está alineada al 3.6 % de 2024, pero es menor en relación con el 4.4 % reportado en 2023.

Según el Banco Central, el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) registra un crecimiento acumulado de enero a mayo de 2.9 %, sostenido por las actividades de comercio (7.7 %), hoteles y restaurantes (7.4 %), intermediación financiera (4.8 %), transporte y comunicaciones (4.5 %), y pecuario (3.8 %).

 


Para 2025, la institución prevé que el “empleo continúe estable” acorde a la evolución de la actividad económica, con una tasa de desempleo de entre 3 % y 3.5 %.

Además, anticipa que los choques globales arancelarios no generarán una “aceleraciones excesiva” de la inflación internacional que traspase a los precios nacionales. Para este año, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se mantendrá de entre 2 % y 3 %.

“Si bien los pronósticos para 2025 son positivos, estos se encuentran condicionados a la continuidad en la disminución de las presiones de precios internacionales y a las perspectivas de un buen ciclo de producción agropecuaria”, advierte.

Vistazo al comercio

La Administración de Donald Trump impuso un arancel del 18 % a Nicaragua, la tasa más alta de Centroamérica. Inicialmente, al resto de la región dejó un impuesto del 10 %, pero en agosto aplicó un incremento a 15 % para Costa Rica.

Washington argumenta que son aranceles recíprocos, pero en la práctica Trump ha utilizado este mecanismo para ejercer presiones políticas. Oficialmente no existe un análisis público que evalúe el impacto del impuesto en la economía nicaragüense, pero el economista Enrique Sáenz, exiliado por el régimen Ortega-Murillo, ha advertido de un fuerte impacto, sobre todo de sectores dependientes del mercado estadounidense, como oro, café y carne.

La escalada arancelaria parece que aún no pasa factura del todo a las exportaciones, que totalizaron $3,645.5 millones, equivalente a un crecimiento interanual de un 11 %. El Banco Central explicó este desempeño por un mayor volumen en mercancías de 20.4 %, mientras que en zonas francas disminuyeron un 1 %.

La balanza estuvo sostenida principalmente por las exportaciones de café, oro, carne bovina, langosta, atún, lácteos, frijoles, productos químicos y azúcar, mientras que hubo menor desempeño de maní, melaza, plata y camarón.

 

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