Lo que debía ser una noche mágica se convirtió en una pesadilla europea aquel 16 de abril, aquel Miércoles Santo de 2025. Entre los miles de hinchas que abarrotaron el Santiago Bernabéu esa noche para ver el duelo de vuelta entre Real Madrid y Arsenal por los cuartos de final de la Champions League, 2 rostros centroamericanos destacaron por su emoción, su esperanza… y al final, su desolación.
No hay nombres, ni perfiles oficiales. Sólo sus voces entusiasmadas (previo al juego) en un video que se ha hecho viral en redes sociales gracias a una entrevista improvisada del medio español Postunited.
Ahí, antes de ver a los merengues que entusiasmaban con una remontada, de esas épicas que tanto les gusta, un joven salvadoreño y otro costarricense contaron sus historias, ambas atravesadas por la pasión más pura: la de los que creen, la de los que sueñan.
#DeDeportes | Salvadoreño gasta más de 3,000 dólares para ver a su equipo el Real Madrid contra el Arsenal. 📹: @postunited pic.twitter.com/hpWrejgkLS
— Diario El Salvador (@elsalvador) April 18, 2025
“Sólo la entrada, 700 euros ($739). El viaje para acá, 2,000 euros ($2,140)”, dijo con una mezcla de orgullo y entusiasmo el joven de El Salvador. Ocho mil setecientos kilómetros recorridos, años de ahorro y la ilusión de vivir una remontada histórica. Pero el Madrid, ese Madrid que tantas veces desafió la lógica en Europa, no respondió al llamado esta vez. Fue eliminado en su propio patio.
Desde Costa Rica, otro fanático no se quedó atrás. “4,000 euros ($4,280) en total, porque yo creo en la remontada”, confesó con el corazón aún esperanzado.
Viajó 8,527 kilómetros para ser testigo de una gesta… que nunca se dio.
La pasión por el fútbol no entiende de fronteras ni de balances bancarios. Estos dos jóvenes llegaron al corazón de Chamartín con una sola fe: que el Madrid volvería a hacer lo imposible. Pero se encontraron con la versión más humana del club más grande del mundo: la derrota.
No ganaron, no vieron goles de ensueño ni celebraciones interminables. Pero estuvieron ahí. En el lugar donde la historia suele escribirse en letras de oro… aunque esta vez les tocó ver tinta negra sobre fondo blanco.
El fútbol, como la vida, no siempre paga justo. Pero también como la vida, a veces basta con haber estado. Con haber creído. Porque ser madridista, dicen, es eso: soñar incluso cuando el sueño se escapa entre los dedos.