La noche en el Shell Energy Stadium dejó más dudas que certezas. Honduras venció 2-0 a El Salvador en un partido carente de brillo, ritmo, aunque con algunas emociones, válido por la segunda jornada de la fase de grupos de la Copa Oro 2025. Romell Quioto fue el protagonista del primer gol del encuentro, al minuto 33, y Dixon Ramírez clavó el segundo, al minuto 94, en un error defensivo salvadoreño.
La Selecta, como ha sido costumbre en sus últimas presentaciones, tuvo el balón, más intención, pero menos filo. Un equipo con posesión estéril, sin profundidad, que no logró romper el bloque defensivo catracho ni incomodar realmente al arquero rival.
Gran jugada colectiva de Honduras y GOL de Quioto para el 1-0 ante El Salvador… ¡Golazo!
📺 La CONCACAF Copa Oro, por #DisneyPlus Premium pic.twitter.com/OGXHzIcpN1
— SportsCenter (@SC_ESPN) June 22, 2025
Del lado hondureño, la victoria sabe a alivio más que a gloria. Tras la dura goleada sufrida ante Canadá, el equipo de Reinaldo Rueda llegó necesitado de puntos y encontró en Quioto y Ramírez la chispa de eficacia que bastó para sumar 3 valiosos puntos. Sin embargo, el funcionamiento dejó mucho que desear. Honduras no controló el juego, no propuso mucho, pero capitalizó un par de jugadas de calidad.
El segundo tiempo fue una continuación del bostezo salvadoreño. Escasa creatividad, malas decisiones en zona ofensiva y poca actitud en la delantera. Los intentos lejanos, como el de Jairo Henríquez, que pasó por arriba del travesaño, fueron el triste reflejo del desespero salvadoreño.
¡GRITALO CATRACHO!
HONDURAS 2-0 EL SALVADOR pic.twitter.com/6e8rHoMXoT
— Federación de Fútbol de Honduras (FFH) (@FFH_Honduras) June 22, 2025
Con este resultado, Honduras suma 3 puntos y enfrentará a Curazao con posibilidades matemáticas de clasificación, aunque su juego genera preocupación. El Salvador, por su parte, queda con un punto y un panorama complicado: se medirá ante una sólida Canadá con la urgencia de ganar y esperar otros resultados.
Honduras ganó, pero todavía no convence. El Salvador dominó, pero no lastimó. Una victoria sin mucha poesía y una derrota con resignación.