Los llamados surgieron tras los choques armados registrados en la frontera entre México y Guatemala, donde empresarios de Chiapas alertaron sobre el impacto directo de la violencia en la economía local y la seguridad de los habitantes.
César García Jiménez, presidente de Pro-centro Tapachula, pidió reforzar la presencia militar y federal en la frontera sur, al advertir que su carácter “poroso” facilita el cruce de grupos criminales hacia territorio mexicano.
El dirigente señaló que la inseguridad ya provocó una caída de hasta 30% en la llegada de visitantes guatemaltecos, golpeando con fuerza al comercio local, especialmente en diciembre, cuando se esperaba una recuperación económica.
Desde la Canacintra, Abel Méndez Ruiz sostuvo que la frontera “está descuidada” y reclamó mayor control, operativos permanentes y coordinación entre autoridades para devolver la estabilidad a Tapachula.

En la misma línea, representantes de organizaciones civiles exigieron acciones urgentes en la región del Soconusco, al considerarla una zona altamente productiva que hoy enfrenta riesgos crecientes por la presencia del crimen organizado.
Los reclamos se producen tras el enfrentamiento armado del 8 de diciembre en Agua Zarca, Huehuetenango, atribuido a estructuras criminales que operan a ambos lados de la frontera.
Un día después, el secretario de Seguridad de México, Omar García Harfuch, confirmó el intercambio de información con autoridades guatemaltecas y el despliegue de unidades del Ejército mexicano para reforzar la vigilancia.
De acuerdo con el Gabinete de Seguridad mexicano, en la zona operan células vinculadas al Cartel de Sinaloa y al denominado Cartel de Chiapas–Guatemala, en un contexto de violencia creciente asociada al tráfico de drogas y personas en la región fronteriza.







