Por primera vez en más de 20 años, el Pentágono ha vuelto a enviar tropas convencionales de tierra a entrenar en la selva de Panamá, reactivando un programa que durante décadas forjó soldados con habilidades de supervivencia en entornos extremos y que era conocido como el “Infierno Verde”.
El nuevo curso, llamado Combined Jungle Operations Training Course, se lleva a cabo en la Base Aeronaval Cristóbal Colón —antiguo Fort Sherman— y tiene una duración de tres semanas. Allí, fuerzas estadounidenses y panameñas se enfrentan juntas a ejercicios de combate, navegación, purificación de agua, construcción de refugios y desplazamiento en terreno selvático, bajo condiciones extremadamente adversas.
Aunque el programa es todavía de escala limitada, el Departamento de Defensa de EE.UU. planea intensificarlo en 2025, con el envío de pelotones completos de unos 40 soldados. Desde agosto, 46 militares han completado la capacitación, entre ellos 18 marines estadounidenses, un soldado del Ejército y 27 miembros de las fuerzas panameñas.
Partnerships in action:
U.S. service members and Panamanian security forces are in the midst of a challenging 21-day Combined Jungle Orientation Course in Panama. The course is focused on survival, tactics, and patrol operations with the goal of producing graduates who are not… pic.twitter.com/4847tOo8ip— U.S. Southern Command (@Southcom) October 20, 2025
Curso en tres fases
El programa de 21 días se desarrollará en tres fases progresivas: supervivencia, tácticas y operaciones de patrulla. Durante la fase inicial de supervivencia, los alumnos aprenderán los fundamentos de la vida en la selva, incluyendo el uso del machete, técnicas de fuego, purificación de agua y construcción de refugios primitivos. La instrucción hará hincapié en la adaptabilidad y la resistencia, mientras los participantes aprenden a desenvolverse con recursos limitados.
La segunda fase introducirá las operaciones tácticas, centrándose en técnicas de movimiento de pequeñas unidades, emboscadas, evacuación de heridos, maniobras acuáticas y defensa de bases de patrulla. Estas actividades pondrán a prueba la toma de decisiones bajo presión, reforzando la importancia de la comunicación entre escuadrones multinacionales.
En la fase final de patrullaje, los estudiantes realizarán cinco misiones combinadas —que incluyen reconocimiento, emboscada y operaciones acuáticas— antes de enfrentarse a la prueba de resistencia final, la “Milla Verde”, y a la graduación. A lo largo de la prueba, los instructores evaluarán el trabajo en equipo, el liderazgo y la capacidad de mantener la eficacia en condiciones extremas.
“Esto está diseñado para poner a prueba algo más que la resistencia individual”, afirmó la capitana Lauryn Westman, oficial a cargo de las operaciones en la selva del JSCG-P. «
“Hacemos hincapié en la cohesión del equipo bajo presión, porque la interoperabilidad no es teórica. Se demuestra cuando tu compañero te apoya en entornos exigentes”, subrayó Westman.
Un funcionario de defensa estadounidense aclaró que el entrenamiento no está ligado a preparativos para misiones específicas, incluidas posibles operaciones en Venezuela, aunque el regreso del Ejército estadounidense a Panamá no pasa desapercibido dada la creciente presión de la administración Trump sobre el régimen de Nicolás Maduro.
Desde la apertura del Canal de Panamá en 1914, EE.UU. mantuvo una presencia militar constante en la región. Fort Sherman funcionó como centro oficial de entrenamiento en jungla desde los años 50, pero fue cerrado en 1999 tras la entrega del canal a Panamá. Ahora, en un contexto de creciente interés estratégico por América Latina, el retorno a estas instalaciones marca un giro en la política exterior estadounidense.







