Los países de Centroamérica requerirían inversiones proyectadas de hasta $1,500 millones para ampliar las interconexiones con México, Belice y Colombia, de acuerdo con cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esta cifra se desprende de un estudio que realizó el BID en el marco de los programas de financiamiento para el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC), una red de 1,800 kilómetros de transmisión que conectaron a los países centroamericanos, el cual funciona bajo un esquema independiente y con sus propias reglas del juego, conocido como Mercado Eléctrico Regional (MER).
El organismo multilateral detalla que entre las expansiones necesarias se encuentran la ampliación de la capacidad de enlace con México, así como la construcción de nuevas interconexiones entre Panamá y Colombia y entre Belice y Guatemala.
El proyecto más emblemático es la interconexión eléctrica binacional entre Panamá y Colombia, que por más de dos décadas se ha considerado estratégico y que ahora registra progresos en su diseño y coordinación regulatoria.
En una reciente reunión binacional, realizada el 18 de septiembre, autoridades panameñas y colombianas coincidieron en la importancia de retomar la iniciativa. El ministro de la Presidencia de Panamá, Juan Carlos Orillac, destacó que la interconexión aportará “seguridad energética, estabilidad en el suministro y competitividad regional”.

Por su parte, el ministro de Minas y Energía de Colombia, Edwin Palma, enfatizó que el proyecto representa un paso hacia la integración no solo energética, sino también social y económica. Actualmente, reguladores como la ASEP de Panamá y la CREG de Colombia trabajan en los ajustes normativos necesarios, mientras organismos como el BID y la CAF acompañan técnicamente el proceso.
Hacia México y Belice
Guatemala estableció primero una interconexión con México, pero esta relación generó problemas y polémicas en el resto de mercado, ya que hubo estudios que aseguraban que se comprometía el resto de la red en la región y se cuestionó el origen de los despachos que realizaban los exportadores guatemaltecos.
En la palestra también está una nueva línea entre Belice y Guatemala, que abriría un canal de cooperación, incrementando la capacidad de transmisión regional y diversificando las fuentes de suministro.
El estudio del BID también plantea que la región requerirá una considerable inversión de $20,000 millones tanto en redes de transmisión como en tecnología flexible que garantice la estabilidad operativa del sistema eléctrico regional en los próximos 25 años.
Ese cambio en la matriz energética estará liderado por la generación fotovoltaica, pues el estudio del BID anticipa que se multiplicará al pasar de 2.3 gigavatios hora (GWh) en 2024 a 20 GW en 2050.