En abierta confrontación contra Estados Unidos y sus aliados, el dictador nicaragüense Daniel Ortega volvió a respaldar públicamente al régimen iraní, al tiempo que atacó verbalmente al Gobierno de Donald Trump, al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a la que descalificó con virulencia, pidiendo incluso su desaparición.
La declaración ocurrió el mismo día en que el Departamento de Estado de EE.UU. pidió a los países de América definir “de qué lado están” ante el creciente conflicto entre Irán, Israel y Estados Unidos, en un contexto de escalada militar que amenaza con expandirse por toda la región del Golfo Pérsico.
Durante un acto oficial con la Policía del régimen sandinistal, Ortega dejó en claro de qué lado se encuentra su régimen: elogió a Irán, culpó a Israel de ser “el verdugo de los pueblos palestinos” y puso en duda los reportes del presidente Trump sobre el alcance del reciente alto el fuego.
“Cuesta creerle al presidente de los Estados Unidos, porque continuamente dice una cosa y luego otra. Es su característica”, afirmó Ortega en cadena nacional, antes de acusar a Israel de haber lanzado ataques “con el cuento de que Irán tenía laboratorios nucleares”.
Aparecieron los Guarangos, y entre los disparates que dijo Ortega:
1- Que Irán lo que estaba desarrollando era un proyecto nuclear con fines médicos (🤣).
2- Que la ONU tiene que desaparecer o ser refundada.
3- Dijo descaradamente que está de acuerdo con las protestas de los…— Miguel Mendoza (@Mmendoza1970) June 24, 2025
Ortega minimizó los ataques de Irán contra bases estadounidenses en Catar e Irak, calificándolos de “respuesta legítima”, y sugirió que Washington y Tel Aviv están coludidos en una estrategia para controlar la región a costa de la paz y el derecho internacional.
En su encendido discurso, el dictador nicaragüense desestimó incluso el papel del organismo multilateral más importante del mundo:
“Naciones Unidas simplemente es una burla para los pueblos, para la humanidad. Naciones Unidas debería desaparecer”, dijo, acusando al organismo de favorecer a los “imperialistas” y de ser cómplice del uso de bombas atómicas.
Las palabras de Ortega, pronunciadas desde el Centro de Convenciones Olof Palme de Managua y flanqueado por su esposa y codictadora Rosario Murillo, se producen en un momento geopolítico delicado.
Horas antes, Washington había reafirmado su compromiso con Israel tras una oleada de ataques de Irán, incluyendo el bombardeo de bases norteamericanas, en represalia por el ataque estadounidense a tres instalaciones nucleares iraníes.
Mientras algunos países latinoamericanos como Argentina han expresado su respaldo a EE.UU., y otros como Chile y Colombia han criticado los bombardeos por posibles violaciones al derecho internacional, el régimen de Ortega se alinea sin ambages con Irán, compartiendo la postura de otros regímenes autoritarios como Venezuela y Cuba.
El respaldo a Irán no es nuevo. Ortega ha llamado “revolución hermana” a la teocracia de los ayatolás y ha recibido en múltiples ocasiones delegaciones oficiales del régimen islámico, incluso en momentos en que la comunidad internacional lo ha acusado de financiar y albergar a organizaciones terroristas.
Esta postura genera preocupación en los círculos diplomáticos del hemisferio. A menos de 48 horas del inicio de la 55ª Asamblea General de la OEA en Antigua y Barbuda, Ortega ha tensado aún más su relación con Washington, en momentos en que la administración Trump busca reafirmar su liderazgo regional y contrarrestar las alianzas de países como Nicaragua con enemigos estratégicos de Occidente.
La alta funcionaria del Departamento de Estado que encabezó la rueda de prensa previa a la Asamblea de la OEA fue clara:
“Es una gran oportunidad para que los países en la región se den cuenta de qué lado van a estar: si con un régimen patrocinador del terrorismo o con los principios democráticos y el orden internacional”.
Pero para Ortega, que permanece en el poder desde 2007 tras eliminar la alternancia democrática en Nicaragua, no hay dilema: el enemigo es Estados Unidos, y sus aliados están del lado de Teherán.
“Israel tiene bombas atómicas que nadie revisa. Pero cuando Irán desarrolla laboratorios con fines pacíficos, ahí sí quieren destruirlos”, dijo Ortega, en un giro que replica el discurso iraní sin matices.
En medio de una represión sin precedentes en Nicaragua, donde la oposición ha sido criminalizada, la prensa independiente silenciada y cientos de nicaragüenses han sido desterrados o encarcelados, Ortega continúa utilizando actos públicos y efemérides revolucionarias para proyectar una visión paranoica del orden mundial, en la que justifica su poder absoluto.
La conmemoración del natalicio del fundador del Frente Sandinista, Carlos Fonseca, sirvió una vez más como plataforma para premiar a altos mandos de su aparato policial y reforzar el mensaje de lealtad interna, al tiempo que externaliza su lucha ideológica en respaldo a regímenes como Irán y contra organismos internacionales que, como la ONU, han condenado sus prácticas autoritarias y represivas, incluyendo la comisión de crímenes de lesa humanidad ordenado por la dictadura familiar Ortega Murillo.