El excanciller de Nicaragua, Francisco Aguirre Sacasa, un exprisionero político de la dictadura de su país, analizó las elecciones estadounidenses y el impacto de su resultado para Centroamérica insistiendo en que la derecha extrema representada por el republicano Donald Trump posicionó la inmigración como uno de los temás más importantes de la reñida contienda.
Destacó, en una entrevista con Centroamérica 360 en Washington, el empate técnico entre Trump y Kamala Harris, y de cómo ambos han enfocado sus ofertas y propuestas con un enfoque particular a los extranjeros en Estados Unidos.
El republicano ha convertido la inmigración ilegal en el eje principal de su estrategia, un enfoque que contrasta con la tradición política estadounidense. A pesar de tener antecedentes familiares inmigrantes, su discurso ha adoptado un tono antiinmigrante que resuena en sectores de la población que consideran la foráneos como una amenaza a la cultura nacional.
La situación de los inmigrantes centroamericanos, en particular los salvadoreños y nicaragüenses, es crucial, dijo.
“La inmigración es un tema muy importante, sobre todo la ilegal, que es uno de los temas de campaña más importantes de estas elecciones. La economía es otro, pero el que más emoción despierta en el electorado americano es la inmigración en general”, explicó el graduado de la Universidad de Georgetown y de la Escuela de Leyes de Harvard.
Aguirre Sacasa destacó la importancia de las remesas para la economía de El Salvador, señalando que la migración ha sido un salvavidas económico para muchos en la región.

Sin embargo, el discurso de la derecha estadounidense, liderada por Trump, promueve una visión negativa de los inmigrantes, presentándolos como una “plaga”.
Aguirre también señaló la falta de un discurso proinmigrante por parte de Kamala Harris, quien ha adoptado una postura que busca asegurar la mayoría de los votos electorales, incluso si eso significa prometer un control más estricto de la inmigración.
“Es contagioso el rechazo al inmigrante. El nacionalismo excesivo, aunque los Estados Unidos forjado por los inmigrantes”, insistió.
A pesar de que la retórica estadounidense suele abogar por la democracia y los derechos humanos, Aguirre subrayó la contradicción entre estas palabras y la realidad en países como Nicaragua, donde la dictadura de Daniel Ortega persiste, con la persecución de opositores y la Iglesia Católica.
En el contexto de Centroamérica, Aguirre Sacasa destacó que la migración es el tema más apremiante, y señala que la dependencia de Nicaragua del CAFTA podría verse amenazada si un gobierno estadounidense decidiera cerrar sus fronteras a las exportaciones nicaragüenses. La relación asimétrica con Estados Unidos y la reciente inclinación de Nicaragua hacia Rusia y China podrían tener repercusiones significativas en el futuro.
Finalmente, Aguirre concluye que la situación actual en Nicaragua es resultado de una serie de decisiones políticas y divisiones entre los demócratas que facilitaron el ascenso de Ortega al poder.
“Los Estados Unidos está a favor, más allá de una retórica institucionalizada de la democracia. Pero hablan más de la democracia de lo que hacen por ella. Nicaragua, por ejemplo, tiene años de tener una dictadura dinástica. Daniel Ortega y su esposa están envejeciendo y están preparando a uno de sus hijos para reemplazarlos”, advirtió este diplomático quien permaneció prisionero de la dictadura casi 500 días, tras ser detenido en 2021 cuando intentaba viajar a Costa Rica.
La necesidad de un compromiso continuo con la democracia y el diálogo en la región es más urgente que nunca, dijo, aunque aclara que esto “no es un dado” y se debe construir día a día.