En un intento por aliviar su precaria situación económica y escapar de la presión internacional, el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua firmó nuevos acuerdos con la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CIDCA).
Estos acuerdos fueron suscritos este 12 de julio en Beijing por Laureano Ortega Murillo, hijo del dictador Daniel Ortega y asesor presidencial, junto al presidente de CIDCA, Luo Zhaohui.
Los documentos firmados incluyen un “Memorándum de Entendimiento sobre la Planificación de Cooperación para el Desarrollo entre la República Popular China y la República de Nicaragua durante el Período de 2025-2027”;
Además, un “Convenio de Cooperación Económica y Técnica” y un acuerdo sobre el suministro de autobuses para el transporte público en Nicaragua.
Según los términos del acuerdo, CIDCA se compromete a cooperar con Nicaragua en sectores clave como salud, energía, viviendas, seguridad alimentaria, transporte y formación de recursos humanos.
🇳🇮 Ortega otorga plenos poderes a Laureano Ortega Murillo, para que represente al régimen en la firma de acuerdos con China hasta el año 2027.
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— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) July 13, 2024
La firma de estos documentos se realizó en el marco de la Segunda Conferencia de Alto Nivel del Foro de Acción Global Compartida, organizada por China, demostrando la intención del régimen nicaragüense de fortalecer sus lazos con el gigante asiático.
China como salvavidas
Este movimiento llega en un momento crítico para la dictadura sandinista, que desde 2018 ha enfrentado sanciones internacionales debido a violaciones masivas de derechos humanos.
Estas sanciones, impuestas principalmente por Estados Unidos y la Unión Europea, han profundizado el aislamiento internacional de Nicaragua y deteriorado su economía.
A pesar de los esfuerzos propagandísticos del régimen para presentar a China como un salvador económico, la realidad es que Estados Unidos y Europa siguen siendo los principales mercados para los productos nicaragüenses.
La dependencia económica de estos mercados hace que los intentos de diversificación con China no sean suficientes para contrarrestar el impacto de las sanciones y el aislamiento.
La delegación nicaragüense en Beijing estuvo compuesta por Laureano Ortega Murillo, Valdrack Jaentschke, Ministro Asesor del Presidente para Asuntos Internacionales, y Michael Campbell, Embajador de Nicaragua en China.
Laureano Ortega, quien ha sido delegado por su padre para negociar con China hasta 2027, se ha convertido en una figura clave en las relaciones internacionales del régimen, buscando acuerdos que puedan proporcionar un alivio económico.
País en crisis y dictadura manchada
La firma de estos acuerdos es vista por muchos como un intento desesperado de la dictadura sandinista por obtener oxígeno económico ante una situación interna insostenible.
La represión, los crímenes de lesa humanidad y la falta de democracia han dejado al régimen de Ortega y Murillo con pocos aliados internacionales.
A criterio del analista político Enrique Sáenz, este acercamiento con China no oculta la grave crisis de derechos humanos que enfrenta Nicaragua ni el hecho de que la economía del país sigue altamente dependiente de mercados occidentales.
“Un embuste más. La propaganda oficial puede intentar maquillar la realidad, pero China no supera ni ahora ni a largo plazo, el mercado de Estados Unidos, que es el principal socio económico de Nicaragua”, dijo.